Parte 2

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Mientras Mike y Emily viajaban en el auto de la Sra. Robinson, Mike jugueteaba nerviosamente con el dobladillo de su falda. Emily, por otro lado, conversaba animadamente con la Sra. Robinson sobre su próximo cambio de imagen. La Sra. Robinson los miró y sonrió cálidamente.



-Recuerdo tu nombre, Emily -dijo-. Pero debo haberme olvidado del nombre de tu hermana.



Emily sonrió con picardía. "Se llama Michelle. Es un poco tímida y no habla mucho".



Mike, ahora Michelle, tragó saliva con fuerza y ​​sintió que se le sonrojaban las mejillas de vergüenza. La señora Robinson asintió con simpatía.



"Bueno, Michelle, estoy segura de que hoy lograremos que te sinceres un poco. Por cierto, también dirijo una pequeña agencia de modelos y tengo un estudio detrás del salón. Como tenemos tanto tiempo, ¿qué tal una pequeña sesión de fotos antes del cambio de imagen?"



Los ojos de Emily se iluminaron. "¡Eso suena increíble! Nos encantaría hacer una sesión de fotos sexy".



La señora Robinson sonrió radiante. "¡Qué idea más maravillosa! Vamos a divertirnos un poco con esto".



El corazón de Mike latía con fuerza cuando llegaron al salón. Emily lo arrastró adentro, sin apenas darle un momento para recuperar el aliento. Los estilistas los saludaron con entusiasmo y Emily describió con entusiasmo el look que imaginaba para ambos.



"Queremos algo atrevido y sexy", explicó Emily. "Mucho maquillaje llamativo, uñas brillantes y, para Michelle, una peluca rubia platino".



Los estilistas se pusieron a trabajar con la facilidad que da la práctica. Las uñas de Michelle fueron alargadas, moldeadas en elegantes puntas almendradas y pintadas con una manicura francesa clásica, dándole a sus manos un aspecto pulido. Luego, los estilistas le colocaron a Michelle una impresionante peluca rubia platino, ajustándola meticulosamente para garantizar un ajuste perfecto. El cabello largo y rubio de Emily fue peinado en ondas sueltas y fluidas, creando una transformación armoniosa entre ambos.



A continuación, la atención se centró en el maquillaje. Los estilistas aplicaron con maestría base, delineador de ojos y lápiz labial rojo intenso a ambas chicas. Resaltaron sus pómulos con contouring y una dramática sombra de ojos ahumada para lograr un efecto atrevido. Ambas se delinearon y oscurecieron las cejas, lo que realzó sus expresiones. Como toque final, se añadieron unos pequeños pendientes brillantes que completaron sus llamativos looks.



Mientras se vestían con los atuendos que Emily había elegido (elegantes vestidos negros de látex con guantes y tacones a juego), Mike sintió una oleada de incomodidad. Emily, sin embargo, parecía estar en su elemento y le daba instrucciones con un tono autoritario.



-Muy bien, Michelle -dijo Emily con voz cargada de emoción-, vayamos al estudio.



La sesión de fotos comenzó con Emily a la cabeza, posando con seguridad y guiando a Michelle en cada toma.



-Arrodíllate, Michelle. Ahora, mírame con esos ojos sensuales -ordenó Emily, con los ojos brillando con picardía.



Mike hizo lo posible por seguir su ejemplo, sintiéndose incómodo y expuesto. El fotógrafo tomó fotografías y captó el momento en que Emily levantó suavemente el mentón de Mike con una mano enguantada; su entusiasmo era palpable a medida que la incomodidad de Mike aumentaba.



Finalmente, la sesión llegó a su fin. Emily estaba emocionadísima, hojeando las fotos con la Sra. Robinson y el fotógrafo.



"¡Son fantásticos!", exclamó la señora Robinson. "¡Los dos lucen deslumbrantes!"



Mike, o mejor dicho, Michelle, se sintió aliviado de que todo hubiera terminado. Mientras regresaban al salón para su habitual cambio de imagen, no pudo evitar sentir una extraña mezcla de vergüenza y una leve sensación de logro. A pesar de su incomodidad, había una sensación de disfrute que aún no entendía del todo. El entusiasmo de Emily era contagioso, lo que hizo que la experiencia fuera memorable de maneras que Mike no había previsto.

De Padre A HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora