Capitulo 6.

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— Te ves cansada —comentó Caesar, esbozando una sonrisa leve mientras observaba detenidamente el rostro de Alyssa. Sus ojos analizaban cada pequeño detalle de su estado, como si pudiera leer lo que no decía.

Alyssa, sin embargo, mantuvo la mirada fija en la ventana, su expresión inmutable, aunque sus pensamientos iban y venían a gran velocidad. Hace un rato había estado con el señor Nikolai, quien estaba visiblemente devastado por la situación de su fábrica. El peso de esa responsabilidad recaía ahora sobre sus hombros, y su mente no dejaba de trabajar en encontrar un plan para solucionar ese desastre.

— Es un juicio largo... —murmuró Alyssa, cerrando los ojos un momento mientras exhalaba un suspiro profundo, dejando que su agotamiento se mostrara aunque fuera solo por un segundo—. Es obvio que estaría en este estado.

— Tengo algo que pedirte —dijo Caesar, su tono calmado pero con un matiz intrigante—. Aunque el precio será alto.

Alyssa finalmente apartó la vista de la ventana para mirarlo de reojo. Su semblante se tensó de inmediato, sabiendo que cualquier petición de Caesar siempre venía con un alto costo.

— No hago trabajos para la mafia —respondió con firmeza, su voz fría y controlada. Sin embargo, en el fondo sabía que no era del todo cierto. Claro que lo hacía. Había trabajado para ellos antes, pero solo para su familia. Ese era su límite.

Caesar la miró fijamente, sus ojos brillando con algo más que simple curiosidad.

— ¿Te niegas sin siquiera pensarlo? —preguntó él, con una ceja ligeramente levantada, como si supiera que detrás de esa negativa había más de lo que Alyssa dejaba ver.

Alyssa rodó los ojos con una mezcla de frustración y resignación, cruzando los brazos de manera casi defensiva. Sabía que este tipo de conversaciones con Caesar nunca eran simples.

— El juicio parece que se alargará —continuó él, su tono despreocupado pero calculador—. ¿No te gustaría tener pruebas para terminar antes?

Alyssa entrecerró los ojos, su mente calculando todas las implicaciones de esa oferta. No estaría nada mal terminar el juicio antes, sobre todo para dejar de tener a Damian detrás de ella. Sabía muy bien cómo funcionaba este juego. Caesar le ofrecería una solución solo para atraparla en su red. La usaría, la mantendría cerca hasta obtener lo que quisiera, y luego, cuando ya no le sirviera más, se aburriría de ella y la desecharía como a tantos otros.

Ella conocía ese mundo. Era igual o quizás más hábil que Caesar en esos juegos de poder. Ambos jugaban con las mismas reglas, y eso era lo que la mantenía alerta.

Caesar no apartaba la mirada de ella, atento a cada cambio en sus facciones, cada sutil movimiento que pudiera delatar sus pensamientos. Su silencio lo hacía sonreír de manera casi imperceptible, sabiendo que estaba plantando una semilla.

— No lo haré —respondió finalmente Alyssa, sus palabras cortantes, mientras mantenía su mirada firme. Esa negativa era una barrera, una línea que no cruzaría... al menos por ahora.

Caesar esbozó una sonrisa más amplia, complacido, como si esa respuesta le hubiera dado justo lo que esperaba.

— Acepta mi propuesta y podrás conseguir lo que quieras —murmuró Caesar mientras tomaba la mano de Alyssa, atrayendo inmediatamente su atención. La sorpresa se dibujó brevemente en su rostro mientras lo miraba con incredulidad.

— Si necesitas tiempo, piénsalo bien y llámame a este número —añadió, deslizando un pequeño papel en su palma antes de inclinarse para besar suavemente su mano.

Alyssa soltó una risa burlona, manteniendo el aire frío y distante que la caracterizaba. Se giró hacia la puerta del auto, dispuesta a irse, cuando la voz de Caesar la detuvo nuevamente.

LIKE THAT .-Caesar Alexandrovich y tu. -Rosas y Champaña-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora