10 | El peso del silencio

74 4 0
                                    

Después de la tensa partida de Ulrich, me quedé de pie junto a la puerta, incapaz de moverme o pensar con claridad. La presencia de Stefano seguía allí, sólida y firme, pero, curiosamente, no me sentía amenazada por él. En lugar de eso, sentí un peso familiar y reconfortante cuando, sin previo aviso, Stefano se acercó y me envolvió en un abrazo.

Al principio, me quedé rígida, sorprendida por el gesto, pero pronto mis defensas se desmoronaron. Sentí un tipo de calidez que no había experimentado en mucho tiempo. Era diferente a la intensidad abrasadora que Ulrich traía consigo; la de Stefano era tranquila, estable, casi fraternal. Sin decir una sola palabra, dejó que mi cabeza descansara en su hombro, y por primera vez en días, me permití bajar la guardia. Mi cuerpo, que había estado tan tenso por la cercanía con Ulrich y la confusión que eso traía, finalmente se relajó.

Sentía que necesitaba algo así. Algo tan simple y sin pretensiones como un abrazo, sin la constante amenaza de furia o deseo que había entre Ulrich y yo. Stefano siempre había sido una constante en mi vida, una figura que representaba seguridad, al menos en mis recuerdos de infancia. Y aunque mucho había cambiado desde entonces, en ese instante, no podía negar lo reconfortante que era estar envuelta en esa vieja sensación de familiaridad.

Después de unos momentos que parecieron eternos, me aparté ligeramente, y él, con una sonrisa suave pero astuta, me guió hacia la cama. Nos sentamos lado a lado, y el silencio entre nosotros fue tranquilo, aunque sabía que pronto algo más surgiría. Stefano no era alguien que simplemente se conformara con el silencio. Había venido por una razón, y lo que fuera, estaba seguro de que no era solo por curiosidad fraternal.

—Has estado pasando por mucho, ¿verdad? —su voz rompió el silencio, suave, como si no quisiera asustarme.

—Un poco —respondí, intentando mantener la calma, aunque mi corazón comenzaba a acelerarse nuevamente.

—Es difícil, estar aquí... con todo lo que ha pasado. —Su mirada era comprensiva, pero detrás de esos ojos siempre había algo más. Siempre había estado ahí, una especie de astucia que nunca se desvanecía.

Asentí, sin atreverme a mirarlo directamente. Sabía que Stefano era astuto, siempre sabía más de lo que aparentaba, y eso me ponía en alerta, pero también me recordaba cuánto confiaba en él en el pasado.

—Recuerdo cuando éramos niños, —dijo de repente—. Eras tan fuerte, tan determinada... No dejabas que nadie te dijera qué hacer.

Una sonrisa fugaz cruzó mi rostro al recordar aquellos días. Me había sentido invencible entonces, pero ahora... Ahora no estaba tan segura de quién era ni de lo que quería.

—Las cosas cambian —susurré, intentando desviar la conversación. Pero Stefano no se dejó desviar tan fácilmente.

—¿Y qué hay de ahora? —preguntó, girando su cuerpo hacia mí, sus ojos fijos en los míos—. ¿Sigues sintiéndote invencible? Porque, desde fuera, parece que hay algo que te ata, algo más fuerte que tú.

El tono de su voz era suave, pero directo. Sentí un nudo en la garganta. Sabía exactamente de lo que hablaba, y no estaba segura de cómo responder. Mi relación con Ulrich era un terreno peligroso, uno que nadie más conocía a fondo, y no estaba lista para exponerlo, no a Stefano, no a nadie.

—Stefano... —intenté cortar la conversación, pero él me interrumpió.

—Eva, somos viejos amigos. Sabes que puedes confiar en mí —dijo, acercándose un poco más, su tono reconfortante, pero también buscando algo más—. Dime, ¿qué está pasando entre tú y Ulrich?

Mi corazón dio un vuelco al escuchar su pregunta directa. Sabía que Stefano siempre había tenido un don para sacar información, pero no estaba preparada para esto. Respiré profundamente, intentando mantener la compostura, pero mis pensamientos volaban. ¿Hasta dónde sabía Stefano? ¿Qué sospechaba?

ULRICH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora