Cerezo

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ᴵⁿᶦᶜᶦᵒ ᵈᵉ ᵛᶦᵈᵃ

Elimino todo mal en mi pasantía,
atraigo la abundancia a mi alma,
pues la oscuridad no es sana y no quiero volver a sentir sus abrazos.

Completa en inocencia y color,
sin maldad y abundante en amor,
el cascarón de mi inicio refleja mi deseo, mi anhelo
por la vida que me fue asignada sin pedirlo.
Bienvenida en los brazos del fénix,
sin presencia del oro de su armadura,
nombrándome Cerezo por el rojo que en mi cuerpo abunda
como pétalos en la abultada nieve.

La vida me sonríe tiernamente,
tan convincente en su belleza,
quién diría que al pasar la primavera esa belleza se desvanecerá en mi presencia,
en mi alma, que aún descansa en sus rojas alas,
deseando el abrir de mis ojos en aquel cielo tan hermoso.

La luz me abraza nuevamente sobre las nubes,
escuchando mis oraciones mentales,
pues la muerte aún me observa, a la espera de mi retracto en mi deseo de vivir una vez más.

-June Valdéz.

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