Monstruo

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ᵐᵃᵉˢᵗʳᵒ ᵐᵃˡᵒ

Rosas en mis mejillas, moras en mis ojos
el dolor en mi pecho es tan ansioso
la tormenta en mi corazón no se detiene
pues el grito del monstruo aún sigue presente.

Las espinas en mi cuello no me dejan respirar
las miradas en los árboles no me dejan en paz
¿cómo un hombre puede ser tan cruel e insensato?
lastimarme sin ni siquiera intentarlo
matarme con palabras de horrible alma.

Ya no siento nada, me siento humillada
apartada dentro del gran salón donde las estrellas están preocupadas
las flores no dicen palabras
y yo, una ninfa devastada, llorando internamente sin querer llamar la atención,
capturando cada pequeña mora que sale de mi interior.

¿Cómo un hombre puede ser tan atroz?

Burlarse de los corazones lastimados de sirenas hermosas,
soy cercana a ellas y me duele que las llame horrorosas
cuando en realidad son tan maravillosas,
sus voces transmiten paz y solo lastiman por protección
como todo ser viviente
son hermosas aún sin sus aletas.

Ahora encerrada en mi flor tan cálida,
mientras aún moras adornan mi rostro,
pensando en aquel monstruo de cerebro de grano,
sintiendo mi alma tan vacía y oscura
afilando mi flecha, preparando su karma
para que sienta mi corazón, y reírme de su dolor.

-June Valdéz.


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