En el mundo que lo quería ver caer, un chico rubio llamado Hiroki está en busca de venganza y superación.
En esta travesía este chico encontrará sentimientos y emociones que nunca se esperó experimentar...
Después de ver el papel, se quedó pensando por un rato que iba a hacer con el número, y decidió que ese día por la noche llamaría para ver de que se trataba.
Al solucionar ese tema, observó la hora, eran casi las 4 am. Al observar eso, pensó en que salir en este momento no sería buena idea, era muy noche todavía y, aunque era fuerte, un balazo en la cabeza y no la contaba.
Se sentó en el sofá y prendió la televisión para distraerse un rato. Al pasar del tiempo, alguien tocó la puerta.
El rubio pensó que sería una de las perras, pero rápidamente sacó esa opción ya que todavía no había pasado ni una hora desde que ellas se habían ido.
Por lo que al abrir observó a una mujer adulta, tenía algunas arrugas en la cara y un poco de panza, aún con ese aspecto, se acordó de su enamoramiento de la infancia, antes de Nao, la cual era Ifumi Hamane, la madre de Ayumu.
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Hiroki: Hola Ifumi-San, ¿que se le ofrece?.
Ella lo observó y con una sonrisa tranquila dijo.
Ifumi: Hola Hiroki, hacía mucho que no te veía, estás muy guapo jaja. Vine para ver como estaban Sayuri y Yuri. ¿Puedo verlas?.
El chico se sobresaltó un poco al escuchar eso, es verdad que ellos se amaban y todo, pero no sabía como la madre de las mujeres con quien estuvo se lo tomaría. Por lo que mejor pensó en una forma convincente de hacer que no vaya a verlas.
Hiroki: Oh, verás, ellas están durmiendo en este momento, no queremos despertarlas, ¿no es así?.
La mujer asintió en comprensión, y dijo.
Ifumi: ¿Puedo pasar un rato hasta que se levanten? Quiero hablar un poco contigo.
Dijo la señora ahora un poco más seria.
El chico la dejó entrar y cuando ya estaban los dos, se sentaron uno enfrente del otro en la mesa del comedor.
Ifumi: Hiroki, últimamente no eh estado hablando con tu madre. Parece como si nunca hayamos sido amigas, como si... algo raro le haya estado pasando. Así que, sé que tú lo sabes. Eres su hijo al fin y al cabo.
Ella parecía muy convencida de lo que dijo. El chico, aunque no parecía muy convencido de lo que diría, habló.
Hiroki: Mire, Ifumi-San, quiero decirle que, aunque sea algo difícil de entender, sé que usted es lo suficientemente madura para entender que lo que le diré no es mi imaginación...
Ella le prestó atención a cada una de las palabras del más joven. Quien comenzó a decirle todo lo que sabía sobre los encontronazos con Kokujin y que hasta su propia hija estaba entre las perras del n#gro.
Hiroki: Y eso es todo lo que pasó, espero que entiend-
El chico no pudo terminar porque una fuerte cachetada le hizo arder la mejilla.
