Ángel guardián

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Capítulo 13
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•Ángel guardián•

Habían pasado exactamente tres horas en las cuales la “SEÑORA RIN” estaba en labor de parto muy difícil, el bebé que llevaba en su vientre apenas cumplía los siete meses, previamente los expertos en salud ni siquiera notaron los signos cardíacos de la criatura lo que por consecuencia desencadenaría solo noticias negativas.

Cuando el bebé logro salir apenas respiraba y el llanto de la vida no se lograba escuchar en aquella sala de parto. Rin se encontraba en sus cinco sentidos y le dolió en el alma cuando su pequeño fue rodeado por médicos especialistas antes que ir a parar a su pecho.

—Tenga fuerza, mucha fuerza— dijo la obstetra cuando notó el rostro bañado en lágrimas de la mamá primeriza.

Rin no dijo nada, se sentía vacía, sin ganas, sin esperanza y cada segundo que pasaba solo se formaban más lágrimas en su rostro con nudos amargos en su garganta. En aquella sala habían bastantes personas que se movían alrededor procurando los primeros cuidados al recién nacido, pero Rin veía todo blanco, se sentía sola y su sexto sentido femenino le pronosticaba un mal desenlace.

Cuando escuchó un leve quejido de su hijo, trató de verlo y estiró sus brazos para tenerlo, pero los médicos se lo llevaron a otra sala.

—Enseguida lo tendrá en sus manos,son cosas de rutina — dijo una enfermera tratando de no entrar en detalles.

No podía decirle que ese bebé tenía el pulso muy débil y que presentaba fallas en su pequeño corazón.

Rin asintió y trató de pensar en cosas positivas, dejó de llorar o por lo menos lo intento porque sus lágrimas salían aunque ella no quería.

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Sesshomaru se encontraba en el área de fumadores esperando cualquier noticia, esas tres horas lo sintió como si fueran tres minutos y lo peor del asunto es que la desgracia sucedió en el piso de su oficina. Las malas sensaciones no terminaban y molestaban su conciencia con la imagen de Sara que aterrizó en su cabeza.
En el mismo hospital, en otro reparto estaba Sara y para saber de su salud, Sesshomaru fue a buscar información de lo que había sucedido.

En menos de diez minutos se encontraba de frente en la habitación de la mujer que había perdido la cabeza, Sara estaba muy bien, el único problema que tenía era la herida que ella misma se había hecho mordiéndose la lengua, algunos raspones en su rostro y una ligera fractura en su tobillo derecho.

—¡Por tú culpa mi hija está sufriendo!

Apenas lo vio entrar, la madre de Sara empezó a reclamarle de manera brusca. Ajena a toda la situación que la alejaba de la realidad.

—Todas las desgracias que le suceden a mi hija son por tú causa, te pondré una denuncia por daño psicológico y físico — escupió venenosamente amenazando al ex novio de su hija.

Sesshomaru se rascó la cien y pensó :

“esto gano por ser un ser humano normal que se preocupa por la salud de alguien que conoce…mal Sesshomaru, haces mal…y lárgate de aquí antes de que pierdas la paciencia”

—Usted está…equivoca…— el Taishō le iba a responder pero la mujer se adelantó.

—¿¡Equivocada yo!?…eso iba a decirme, el equivocado eres tú cuando terminaste el compromiso con mi hija — reclamó la mujer paseándose de un lado a otro —.dejaste a Sara vestida y alborotaba a días de llegar al altar, por eso la pobre perdió la razón.

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