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Mi esposo, mi amigo.

Capítulo 12
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Mi esposo, mi amigo.

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"Como dijo William Shakespeare: Odiame o ámame, ambas están a mi favor. Si me amas, siempre voy a estar en tu corazón; si me odias, siempre voy a estar en tu mente."

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*¿Será que…. lo estoy molestando con mi visita inesperada?*

*Espero no ser un motivo de distracción.*

*¿Por qué vine?...De todos modos es tarde para arrepentirse*

*Ojalá que pueda ayudarme….*

Varios pensamientos positivos y negativos pasaron por la cabeza de Rin mientras esperaba pacientemente sentada en una  de las tres sillas que se situaban en un largo pasillo iluminado por un mosaico color café super brillante, hasta se podía ver el reflejo de uno mismo por lo tan limpio que se encontraba.

—Cielos… estoy algo nerviosa….—sin querer Rin mordió su labio inferior, era la primera vez que iba a buscar a un un hombre en una elegante oficina que no pertenecia a su esposo y eso le hacía sentir algo incómoda pues la joven mujer fue educada a la antigua.

Los escasos dos minutos de espera fueron eternos para Rin, quien se puso de pie y empezó a caminar de un lado para otro hasta que la voz masculina de su “amigo” la dejo quieta de espaldas.

—No esperaba tu visita— dijo Sesshomaru levantando su brazo y viendo su elegante Rolex que adornaba su muñeca.

Rin no se animó a verlo de frente y solo se detuvo a pensar en una corta respuesta , algo así como…. “¡Sorpresa!”, o “amigo, hace tiempo que no te veía”, pero ninguna de las dos opciones salió de su boca, porque no era su estilo ni su manera de presentarse ante alguien tan imponente que pone nerviosa a cualquiera.
Sin darle tantas vueltas y para no parecer una tonta optó por una sonrisa, una pequeña sonrisa que se le marcaba de manera natural en su rostro joven. Para Rin habían situaciones de las cuales no siempre se tienen que responder con palabras, bastaba un pequeño gesto agradable para dar a entender que estás feliz o te sientes bien.

—No esperaba tu visita, pero me da mucho gusto verte por aquí — Sesshomaru si se atrevió a decirle que le hacia muy bien su visita.

—¿Estás de salida?...¡Oh lo siento! debí llamar primero —dijo Rin al verlo con su abrigo largo y sus cosas personales en mano.

—Voy por un café… ¿me acompañas?—le propuso el Taishō desviando su mirada hacia los ventanales de vidrio por donde fácilmente podía observarse el cielo totalmente gris oscurecido.

—Me encantaría, pero yo no tomo café — respondió Rin con toda sinceridad y sobre todo con mucha tranquilidad. Era como si fueran amigos cercanos de toda la vida, cada línea de conversación fluía con mucha naturalidad en donde las banalidades y mentiras estaban bastante alejadas, pues cualquier mujer aceptaría inmediatamente una invitación de Sesshomaru Taishō, menos Rin que siempre era transparente con él.

En ese momento la mirada de Sesshomaru se fue directamente al vientre abultado de su amiga, era ovalado bajito y sin duda a Rin le sentaba muy bien. El estar embarazada le daba aires de parecer una dama muy importante, fina y delicada al mismo tiempo, pues a pesar de estar separada, Rin seguía vistiendo con un buen gusto y ropa oscura al estilo europeo.

—Entonces te invito lo que quieras— Sesshomaru le extendió su brazo y Rin asintió gustosa.

La joven mujer estaba apunto de enganchar su brazo aceptando el gesto de caballerosidad de su amigo, viendo que el ascensor estaba ocupado; ambos pensaron en bajar las gradas, pero los gritos de una secretaria que bajo toda colorada casi sin aliento los interrumpió.