✢🅤🅣🅞🅟🅘🅐✢

•Mi nombre es Sesshomaru•

•Capítulo 7•
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Pov Rin.

“Vengo de una familia de clase media  en donde mi padre trabajó muy duro para pagar mi colegiatura en un estricto internado exclusivo para señoritas dirigido por religiosas, él falleció cuando tenía 17 años. Un año después me gradué y conseguí ingresar a la universidad para estudiar diseño de modas y….fue allí donde conocí al que creí que era el «amor de mi vida», pues Kirin logró conquistarme cuando yo estaba indefensa.
La vida de mi madre se estaba apagando poco a poco debido a una enfermedad hasta que llegó el día en que no pudo abrir sus ojos. Ella falleció y el único que estaba a mi lado era mi flamante novio, que de alguna manera me acompañó en los momentos más difíciles. Kirin se comportó como todo un caballero y me respetó en todo momento. Luego de un par de meses lo acompañé a un viaje al extranjero y fue allí donde me pidió matrimonio y yo acepté….nos casamos convivimos felices por diez meses y luego un día llegó todo extrañó… me acusó de serle infiel después me golpeó y continuó haciéndolo por cualquier cosa…fue terrible.
Prácticamente tuve una educación perfecta en donde solo me enseñaron a comportarme bien y a hablar bien, lo cual… de alguna manera impidió mi reacción inmediata y dejé que Kirin me usara a su antojo”

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El relato de Rin fue acompañado por una ligera sonrisa apagada recordando los momentos vividos al lado de su aún esposo, era necesario desahogarse, era necesario soltar el gran peso que cargaba con ella, porque mucho silencio respecto a su vida le estaba estorbando en sus buenos ánimos.

La gentil anciana que permanecía sentada en el interior del pequeño puesto fue la persona perfecta para poder abrir sus secretos, pues Kaede la entendió y hasta derramó algunas lágrimas que a Rin no le pudieron salir.

—Te ves tan frágil Rin…— dijo la anciana levantando una tacita de té que compartía con su ayudante aprovechando que recién acababan de cerrar el pequeño negocio —.Pero en realidad eres muy fuerte y valiente. Hoy en día las jóvenes de tu edad no lo pensarían dos veces en abortar, con el modernismo que existe los valores y la buena conducta se van perdiendo.

Rin negó efusivamente y ubicó una mano en su vientre que todavía seguía normal. Jamás había pensado en esa opción que simplemente lo veía como un acto “Horrible”, si bien algunas mujeres lo hacen por razones personales ella estaba muy feliz por tener a su bebé con vida en su interior.

—Señora Kaede le pido disculpas por ocultarle mi estado— Rin se sinceró y estaba siendo escuchada —.pensé que usted no me dejaría trabajar a su lado.

La anciana estiró su mano y le acarició un mechón de su cabello castaño — Somos mujeres Rin, tenemos que ayudarnos. La única diferencia es que tú eres joven y yo soy vieja.

Rin le sujetó su mano y realizó algunas caricias sintiendo las manos calientes y arrugadas de la anciana —.¡Que dice señora Kaede, si usted está más fuerte que un roble!— ambas compartieron sonrisas y después de organizar los ingredientes para el día siguiente salieron del puesto.

La anciana vivía en una pequeña casa lejos de esa ciudad céntrica y siempre esperaba un autobús a dos cuadras del lugar. Rin por su parte prefería caminar. El estar en movimiento y sentir la brisa del viento que jugueteaba con su larga cabellera suelta le hacía sentir una bonita sensación de libertad.

Un par de días después….

—!Burocracia de mierda¡