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Amigos y enemigos

•Capítulo 14•
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Amigos y enemigos

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“Los enemigos de mis enemigos, son mis amigos”

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El rostro de Rin estaba ligeramente  humedecido por algunas lágrimas que todavía seguían resbalando lentamente por su mejilla, Sesshomaru estaba cerca… muy cerca y tenía la tentación de probar los labios de su amiga, pero dicho beso termino en la frente seguido de un último abrazo.

Sesshomaru era un verdadero caballero, sabía respetar a las mujeres, sabía comportarse y sobre todo siempre pensaba con la cabeza fría. No podía aprovecharse de la fragilidad sentimental por las cuales estaba pasando Rin, sin mencionar que estaba viviendo una situación delicada con su recién nacido; por eso decidió irse, pero antes de salir por la puerta le prometió volver al día siguiente.

Rin quedó algo confundida, en su corazón no tenía espacio para dar lugar al sentimiento de atracción hacia otra persona de manera amorosa, para ella en ese instante lo primordial era su bebé que en ese momento estaba rodeado de aparatos que le cotrolaban su pequeño corazón.

—¡Oh! La taza se rompió— dijo una empleada de aseo que venía a hacer su turno en aquella habitación —.no se preocupe señora yo limpiaré todo.

Rin asintió y se mantuvo en silencio mientras que la mujer del servicio se la pasaba parloteando de recién nacidos, sus palabras no molestaban a la mamá primeriza pero hubiera preferido que ella hablara de otro tema, porque cada vez que pronunciaba la frase “cuando crezca tu bebé será blah.. blah.. blah”.

El futuro del pequeño era incierto, lo único que Rin tenía claro es que tenía que tener mucha fuerza y determinación para salir adelante pase lo que pase.

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Sesshomaru llegó a su apartamento y lo primero que hizo fue llamar al representante del bufete de abogados que trabajaban para sus principales negocios.
El Taishō marcó el número de ocho dígitos y llamó teniendo éxito al primer intento.

—Si…¿hola?, buenas noches— primero habló Sesshomaru caminando por su sala —.necesito un excelente abogado que sea experto en divorcios y todo lo que conlleva con el tema.

—¿Divorcios?

Del otro lado de la linea estaba el señor Hoshiyomi. Un hombre mayor que era el representante principal del bufete de abogados que trabajaba para las empresas de Toga Taishō.

—Si, Divorcios — Sesshomaru tuvo que repetir dicha palabra —.es para una gran amiga.

—Si se trata de divorcios, Kagura es la mejor— dijo el hombre esperando la respuesta del Taisho —.ella es un verdadero  moustro en los tribunales cuando se trata de aplastar a los hombres.

Retrocediendo diez años atrás Sesshomaru recordó su romance universitario que tuvo con la mencionada. Conocía muy bien a Kagura y sabía que ella una abogada pero exactamente no sabía en qué campo se desenvolvía. Después de estar cinco meses juntos se separaron porque su relación solo se basaba en arrebatos de calentura en un ambiente universitario. Terminaron en muy buenas condiciones, pero perdieron contacto y al final cada uno hizo su vida.

—Entonces pídele a Kagura que se encargue del asunto, te enviaré el número de mi amiga para que se pongan en contacto. Adiós.

Sesshomaru colgó y en la soledad de su apartamento se limitó a observar por la ventana, sirviéndose un vaso de agua. El mundo era pequeño, Kagura su fugaz pareja de joven sería la encargada de defender los derechos de Rin, la actual dueña de sus sentimientos. El Taishō no podía esconderlo más ni podía engañarse más, estaba “enamorado”, le dolió mucho ver sumergida en la tristeza total a Rin, y si ver llorar a una mujer que te gusta te lástima y la extrañas cada momento… entonces ¿qué nombre tenía?. Era amor puro, verdadero y totalmente transparente.