°•∴𝐓𝐡𝐢𝐚𝐧 𝐋𝐞𝐞∴•°
Thian caminaba en silencio entre las casas de madera y piedra del pueblo Nahuel, observando los alrededores con una mezcla de nostalgia y descontento, los aromas familiares del bosque, de la tierra húmeda y de las feromonas de la manada lo rodeaban, pero no le traían la paz que solían ofrecerle años atrás. El día anterior, él y Arleth habían decidido pasar los primeros días de sus vacaciones con su familia antes de irse al campamento, pero ahora, mientras recorría el territorio de la manada junto a sus padres, Ahn y Nira, sentía la tensión que lo había llevado a distanciarse en primer lugar.
Ahn caminaba al frente, liderando el recorrido con pasos firmes, su rostro sereno pero vigilante, como si siempre estuviera atento a las miradas que Thian sabía que no eran del todo bienvenidas. A su lado, Nira intentaba mantener el ambiente ligero, señalando algunas casas que habían sido renovadas o mencionando a miembros de la manada que habían tenido cachorros, pero el tono de su voz también reflejaba una leve preocupación.
—Ha cambiado un poco desde la última vez que estuviste aquí —Comentó Nira, sonriendo levemente, aunque su mirada buscaba algún tipo de aprobación en Thian.
—Sí, lo noto —Respondió Thian, manteniendo un tono neutral mientras sus ojos vagaban por las construcciones, los caminos y los rostros que veía a lo lejos, muchos de los cuales lo miraban con curiosidad, otros con juicio, su corazón latía con una ligera incomodidad, pues sabía que no estaba solo en el punto de mira, sino que también lo estaba Arleth, aunque ella no estuviera presente.
La razón de su distanciamiento de la manada seguía siendo un tema doloroso, Thian, un alfa nacido entre lobos, había presentado como su pareja a Arleth, una metamorfa félida, desde el momento en que su relación se hizo conocida, las tensiones en la manada comenzaron a aumentar. Los suyos, tradicionales y orgullosos, nunca aceptaron a una félida entre ellos, y Thian había sido claro desde el principio: no iba a elegir entre su amor y su manada, pero, con el tiempo, fue evidente que no había espacio para ambos, así que decidió marcharse con Arleth, dejando atrás su hogar.
—Nunca pensaste que terminarías volviendo aquí, ¿verdad? —Preguntó Ahn sin voltear a verlo, su tono era directo, aunque no agresivo.
Thian suspiró profundamente y negó con la cabeza, sus pasos pesados sobre la tierra del pueblo.
—No, no realmente... —Admitió con honestidad—. Aunque es solo por unos días.
Nira, siempre más empática, colocó suavemente una mano en su hombro.
—Sabemos que no fue fácil para ti... para ninguno de nosotros, pero eres nuestro hijo, Thian. Este es tu hogar, y siempre lo será —Dijo con suavidad, sus palabras cargadas de un cariño maternal que nunca lo había abandonado, ni siquiera cuando él tomó la decisión de irse.
—No me fui solo por mí, mamá —Respondió él, apretando su mandíbula, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros—. Lo hice por Arleth. Ella no merecía ser rechazada por algo que no puede cambiar.
Nira bajó la mirada por un momento, en silencio, mientras Ahn finalmente se detenía, girándose hacia su hijo con una expresión neutral, pero con una leve arruga en el entrecejo.
—Sabes que la tradición es importante para la manada, Thian —Dijo su padre, con la sabiduría propia de un alfa experimentado—. No se trata solo de nosotros, sino de la preservación de lo que somos, no es fácil para todos aceptar algo que no entienden.
Thian lo miró fijamente, su propia postura alfa emergiendo, pero manteniendo el respeto hacia su padre.
—Sé que no es fácil, pero lo que ustedes llaman 'tradición' es lo que ha mantenido separadas a las especies por siglos, Arleth no es menos digna solo porque no es loba... Ella es mi compañera, y eso debería ser suficiente.
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Arleth: La Manada #Depredadores2
FantasyArleth y sus amigos tienen un lazo más fuerte de lo que cualquiera pudiese creer y por lo mismo tendrán que demostrar que a pesar de diferentes obstáculos, son capaces de afrontar cada uno de estos juntos, confiando el uno en el otro. Una manada de...