Una tarde tranquila en casa, los gemelos Jungkook y JeonGguk estaban jugando en su habitación mientras Jin se ocupaba de algunas documentos de trabajos que tenia que ver.Los gemelos, con su energía inagotable, idearon una travesura que creían divertida: quitarle el teléfono móvil a Seokjin para evitar que hablara con Namjoon.
Los gemelos habían notado que Namjoon le llamaba de vez en cuando por no decir muy seguido.
Así que, con sigilo propia de los niños traviesos, los gemelos se acercaron sigilosamente a donde Jin dejó su teléfono y lo tomaron sin que él se diera cuenta. Se escondieron en su habitación con el teléfono, planeando mantenerlo fuera del alcance de Jin para que no pudiera contestar cuando Namjoon llamara.
En el transcurso de la tarde, Namjoon decidió llamar a Jin para compartir algunas noticias sobre su audición y también para escuchar la voz reconfortante del omega que había llegado a significar tanto para él.
En la habitación, los gemelos mantenían el teléfono oculto, riéndose entre ellos por su travesura exitosa.
Sin embargo, no habían previsto que llamara y sin quere contestaran tratando de apagarlo.
A si fue como sin querer, Namjoon terminó escuchando la voz de JeonGguk al otro lado de la línea.“¡Apagalo kook!” exclamó JeonGguk, si saber que eran escuchados.
Jungkook se encogió de hombros, apresionando la pantalla tratando de apagarlo con sus pequeños deditos.
Mientras tanto, en la llamada, Namjoon notó la extrañeza en la voz de JeonGguk y se dio cuenta de que algo no estaba bien. —¿JeonGguk? ¿Estás tú ahí?.
JeonGguk se quedó en silencio por un momento, sorprendido de que Namjoon lo reconociera. “Sí… soy yo, Namon,” dijo tímidamente.
Namjoon notó la incomodidad en la voz de JeonGguk y decidió jugar un poco.
—¿Por qué tienes el teléfono de tu papi Jin? ¿Están haciendo alguna travesura?JeonGguk y Jungkook intercambiaron miradas, sabiendo que habían sido descubiertos. “Lo diento, Namoon. No eda nuesta intención molestal. —dijo Jungkook hablando inocentemente formando un pequeño pucherito.
Namjoon sonrió al escuchar la voz de los gemelos y su disculpa sincera. “Está bien pequeños. No se preocupen.
Los gemelos se miraron, preguntándose si debían devolverle el teléfono a su papi o si debían seguir jugando.
Los gemelos, aún con el teléfono en la mano, intercambiaron miradas nerviosas mientras Namjoon esperaba al otro lado de la línea.
—¿Qué tal si hacemos que sea nuestro secreto?—sugirió Namjoon, intentando cambiar el tema. —Pueden contarme sobre sobre sus nuevas travesuras.
JeonGguk entusiasmado sin que se diera cuenta solo empezo a contarle. —El oto día, encontamos un calacol gigante. Era casi tan gande como mi mano. kook dijo que era un dinosaurio.
—¡No era un dinosaurio! Era un caracol mágico que podría volar,” protestó Jungkook. —¡Y lo llevamos de paseo en nuestra camioneta de juguetes!
Namjoon no pudo evitar reírse. —No te dio miedo el caracol Gguk ¿Y qué le pasó al caracol mágico? ¿Lo dejaste volar en el jardín?
—shí, pero se escondió detrás de un árbol y no volvió solo nos distaimos un latito y ya no estaba” respondió JeonGguk, un poco desilusionado.
—Quizás decidió irse a buscar aventuras en otro lugar,Quizás se fue a buscar otros niños traviesos como ustedes. bromeó Namjoon.
—Si regresa le pondríamos un nombre— exclamó Jungkook, emocionado.
Namjoon, sintiendo la alegría contagiosa de los gemelos, continuó.— y ya tienen los nombres o quieren un poco de ayuda.—Al le gusta el chocolate, así que es un buen nombe— dijo JeonGguk. —Y le dalía mucho pastel de chocolate.
—Como saben que le gusta el chocolate al caracol?—preguntó Namjoon, fingiendo ser muy serio con una sonrisa escondida.
—Talvez un poquito le compatí de mi pastel—respondió Jungkook.
Namjoon asintió, siguiendo el juego. —Entendido, pero no pueden darle chocolate a ningún otro caracol o animal diferente.
—lo pensalemos.—exclamaron al unísono, riéndose.
Namjoon se rió por las ocurrencias de los gemelos.
JeonGguk habló —También el oto día estábamos con papi e su trabajo y asustamos a un alfa ya somos gandes alfas.
—Shii pusimos muchos chinches en su vestualio fue muy divetido —dijo Jungkook, muy orgulloso. —Pelo no le dilas a papi verdad es un secreto.— siguió hablando con su vocesita inocente haciendo que el lobo del alfa solo cayera ante el cachorro.
—No se lo diré y son muy buenos cachorros al proteger a su papi Jin, pero no harán cosas peligrosas, su papi puede enterarse—habló Namjoon sabiendo que muy en el fondo estába feliz que tenga a los cachorros alejando a esos alfas lejos de su Omega.
—Está bien, pero si se acelcan mucho podemos dale un pequeño sustito —dijo Jungkook, con una sonrisa traviesa.
Los gemelos se miraron con complicidad. —mordida, mordida — dijo JeonGguk hacia una imitación tierna de un pequeño león.
Así siguieron hablando con pequeñas bromitas de por medio olvidando de las travesuras que le habían hecho al alfa anteriormente.
En ese momento, Seokjin entró en la habitación, con una sonrisa en el rostro al ver a sus hijos entretenidos y riéndose.
—¿Qué están haciendo con mi celular cachorros?
Los gemelos se rieron y trataron de contenerse, pero sus risas los delataron. Seokjin notó que tenían el teléfono en la mano, y sin dudarlo, se acercó.
—¿A quién le están contando sus travesuras?—¡A Namoon!— dijo Jungkook, mientras JeonGguk intentaba disimular la risa.
Seokjin sonrió, pero luego se dio cuenta.—Oh, no, no me digas que han estado robando mi teléfono.
—Namom llamó —dijo JeonGguk, mientras Jungkook asentía con entusiasmo.
—Está bien, sigan hablando un poco más— dijo Seokjin, riéndose mientras se alejaba. —Voy a hacer un pastel para ustedes así que no tarden mucho.”
Los gemelos rieron y continuaron conversando con Namjoon, quienes compartían historias sin temor alguno, como si el tiempo no importara, mientras Seokjin se dirigía a la cocina, pensando en que sabor hacer el pastel para sus cachorros.
ESTÁS LEYENDO
Gemelos|| Namjin
FanfictionJin, un omega necesita un niñero para sus traviesos gemelos, Jungkook y JeonGguk. Namjoon, un alfa tatuado y aspirante a rapero, acepta el trabajo para financiar solo su viaje, pero los pequeños no se lo pondrán nada fácil. ¡Las travesuras están a...