Inmortalidad, una habilidad que parece un sueño hecho realidad. Nunca tener que temerle a la muerte, por eso el mundo admiraba a Y/N, como si fuera un milagro.
Pero para él, la inmortalidad era una tortura, lo único que quería era morir. Su cuerpo f...
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Ubicación: Musutafu, Japón — Academia UA
—Y es por eso que, cuando hacemos tratados de paz no atacamos una de sus bases militares un par de días después, porque el karma nos pateará el trasero —. Dije mientras garabateaba en la pizarra.
—De acuerdo, la clase terminó, aunque tienen que quedarse aquí porque la última vez me regañaron por dejarlos salir antes. —Continue mientras limpiaba todas mis anotaciones.
—Señor, ¿qué tal lo hicimos? —Yaoyorozu preguntó.
—¿Perdón? —Parpadee sin entender.
—En el festival deportivo... —Aclaró Bakugo. Por alguna razón parecía estar esperando algún tipo de felicitación.
—Ay perdón, ¿se suponía que debía verlo? —Pregunté. Enseguida el humor de mis alumnos cambió drásticamente.
—¡¿ESTA DICIENDO QUE NO LO VIO?! —Gritaron mis estudiantes atónitos .
—¡¿Por qué carajo querría ver niños patearse el trasero mutuamente?!
En ese momento, tocaron la puerta suavemente, así que dirigí mi atención a la misma.
—Iida, abre la puerta, ¿quieres?
—Por supuesto señor. —Iida respondió y se dirigió a abrir la puerta.
Tan pronto como se abrió, un par de tijeras fueron lanzadas dentro, enterrándose en mi cráneo y haciéndome caer, al tiempo que mis estudiantes gritaron con sorpresa.
Me levanté del suelo una vez que mi corazón volvió a latir.
—¡¿Qué demonios vieja?! —Grité una vez que vi a Recovery Girl entrar.
—¡¿Cómo que qué?! ¡Me distraigo un segundo y te apoderas de mi clínica! ¡Uno de mis pacientes estaba contando como es que le disparaste!
—Sigue con vida, ¿no es así? ¡Quería curarse y eso hice!
—¡Tan solo mírate! ¡Ni siquiera cuidas de ti mismo, muriéndote tantas veces al día! —me regañó.
—¡¿Qué?! ¡Pero si acabas de matarme!
Estuvimos discutiendo por un buen rato hasta que finalmente ella salió furiosa del salón. Gruñí con molestia, limpiando la sangre que había escurrido de mi cabeza cuando fui apuñalado por las tijeras.
—¿Está bien, señor? —Uraraka preguntó después de un minuto de silencio.
—¿Eh? Ah, sí, no es nada comparado a otras veces. —Le resté importancia y tiré la franela a la basura.
—¿Por qué se retiró del heroísmo? Anoche leí un artículo sobre usted, y era realmente grande. Podría seguir siendo igual de reconocido si siguiera siendo un héroe —. Todoroki preguntó.
