45.

25 3 3
                                    

—No te muevas —una de ellas habló

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No te muevas —una de ellas habló. Sus brochas acariciaban mi cara y sus dedos intentaban acomodar mis cabellos que seguían saliendo. Llevaba mucho tiempo en esa posición, pero no me atrevía a decir que dejaran de ponerme cosas en la cara. Era difícil para ellas cubrir el rostro de alguien que llevaba mucho tiempo sin dormir bien, lo comprendía.

Se alejaron después de unos largos minutos, asegurando que todo estaba bien con el maquillaje que cubría mi expresión de cansancio y desinterés.

Me asomé al lugar en donde estaban las personas, describir la gran cantidad de cosas que miraba: fotógrafos con sus enormes cámaras, chicas pasearse de un lugar a otro con notas del evento, muchas personas gritando nuestros nombres y con grandes carteles.

En algunas pancartas estaban las fotos de todos nosotros: un sentimiento extraño me invadió de inmediato. Me miraba tan feliz en ese momento, pero por más que me esforzara en estarlo actualmente, no se me daba, simplemente seguía temiendo por todas las cosas que miraba a Simón y su equipo borrar una y otra vez. Como si estuviera huyendo de algo que no podía huir.

El traje me apretaba y sentí que no era momento para hacerme el incómodo. No cuando estaba a un solo día del evento final. Todos los que estaban cerca habían trabajado demasiado duro para poder culminar la promoción del show con éxito, darle a importancia a algo como un traje era lo de menos.

—¿Una fotito? —. Un Nelson más animado que yo, me tomó por el cuello y me obligó a sonreír. Todo el momento había estado observando mis movimientos con atención y había decidido acercarse para hacerme compañía, o tomarse fotos. Ya que se relacionaba poco con Kath, pasaba la mayor parte del tiempo siguiéndome a todos lados y haciéndome conversación, mucho más de lo normal.

—Quiero hablar de algo contigo.

—En otro momento, Binden, estoy estresado.

Nelson me observó y después a Binden.

—¿Tienes que decirle justo ahora? —su cara de afligido la miraba pocas veces.

—Tiene que saberlo antes de que cometa un error.

—¿Decirme qué?

Mi amigo no respondió a esa pregunta y su repentina seriedad a la situación me alarmó.

—Habla de una vez, Binzaa.

—Es sobre Rodrigo.

Nos pusimos al frente del computador.

—Ese problema ya quedó solucionado. ¿No? No debiste ilusionarte por alguien que no sentía lo mismo por ti, confundiste las cosas y tus consecuencias fueron según tus acciones.

—No fueron así las cosas —pero vio mi cara con cientos de dudas —, sabía que era mi palabra en contra de la de Rodrigo, por eso tuve que recolectar toda la evidencia posible para traerla aquí. Pero cuando la tuve, dudé en aparecerme frente a ti.

Cuando Acabe El Show ()Donde viven las historias. Descúbrelo ahora