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Durante los años de novato me imaginé el momento de estar leyendo un guion antes de trabajar con Zerm

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Durante los años de novato me imaginé el momento de estar leyendo un guion antes de trabajar con Zerm. Todo lo que pensaba e imaginaba eran sentimientos de emoción y ganas de llorar a causa de la felicidad. Sin embargo, mi mente no parecía coincidir mucho con esas expectativas, esa foto vieja seguía apareciendo en mis pensamientos y la idea de no merecer estar en donde estaba —y creer que era un paso para una venganza de Zerm y Max— me ponía en dudas.

Lina me aseguró estar al tanto de pequeñas acciones, como medida para que yo me sintiera confiado en la producción, pero no me dejaba de sentir presionado por aclarar algo que no sabía que era o hablar de un tema que sería incómodo para los involucrados.

Si lo pensaba con algo de lógica, no tenía sentido el que Zerm y Max me utilizaran para "dañar a mi padre", no iban a arriesgar una producción de miles de dólares para concluir un problema de ellos cuando eran adolescentes. La idea de haber estado tan cerca, pero tan lejos de ellos —al ser ex amigos de papá— me llenaba de enojo.

—La lectura del guion será en el salón BA-6 —a penas y alcancé a escuchar las instrucciones de la chica. Tenía las mejillas rojas y su respiración parecía una cuenta regresiva para un desmayo próximo. Y como me gustaba causar ese efecto en las personas, sonreí.

—Gracias por eso —observé como ella escondía sus manos en el bolsillo de su chaleco y se mentalizó mayor tranquilidad —. Linda —dije su nombre, abusando de mi acento y ella levantó la mirada —, tienes lindo nombre, Linda.

Ella llevó su mano al estómago y sonrío.

Después de esa interacción esperaba no volverla a encontrar, o tendría que fingir recordar su nombre y su cara, lo cual se me daba fatal.

Al entrar al salón no había mucho que destacar: además de los escenarios poco producidos, las cámaras en cada extremo y las anotaciones en el pizarrón digital, nada de eso me parecía diferente a las lecturas de guiones anteriores.

Me mentalicé no decir nada fuera de lugar: nada de "¿Ustedes son pareja?" O la típica frase de "Los admiro mucho, son mi fan". No iba a soportar humillarme solo. Ya no era un simple novato.

—Estás aquí —dijo una voz masculina.

Lo miré unos segundos.

Tenía que ser una broma. Yo lo conocía.

—Estoy aquí —aseguré a su afirmación tan obvia —. Y también estás aquí.

A simple vista era más alto que yo, su cabello ondulado le restaba algunos centímetros de presencia, y con su sonrisa de oreja a oreja parecía un cachorro en el punto máximo de la ternura.

—Hola —extendió su mano como saludo.

Su notable entusiasmo me puso ansioso y él notó mi expresión.

—Lo siento, me presento: Soy Darw Helendar. Nos vimos en una de las audiciones. Estabas llorando, las lágrimas no eran reales. ¿Sabes? Las actuabas, claro, me pareció genial. Lo hacías lucir tan sencillo, yo uso métodos como parpadear varias veces y no me salen con tanta naturalidad como a ti. Es increíble —. Su mano seguía en el aire, me apresuré a extender la mía —. Lo de actuar con naturalidad... no tú... tú también eres increíble, claramente, pero estamos hablando de actuación, porque somos actores, claro. Yo también soy locutor, y presentador —se quedó en silencio unos segundos —. ¡Mierda! Seguro piensas que estoy presumiendo.

Cuando Acabe El Show ()Donde viven las historias. Descúbrelo ahora