"Prácticas para una misión suicida"

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   Cuando Hangman despierta, lo primero que hace es sonreír cuando ve a la persona a su lado, quien está usando su brazo como almohada. Bob está allí, tan profundamente dormido, luciendo lindo incluso así. Su esposo es hermoso, es la persona más linda que ha conocido. Esta completamente enamorado de él. Por supuesto que no es sólo por su apariencia, pero Hangman siempre ha sido una persona que halaga la belleza. Sabe que es arrogante cuando se trata de él mismo, pero adora presumir a Bob. No sólo por sus rasgos, sino también por su personalidad, era la persona más buena que había conocido en mucho tiempo. Y eso le hizo a él querer ser igual, querer cambiar un poco de su grosera bravuconería con la que se presentó ante Bob cuando lo conoció por primera vez, actuando como un imbécil mientras se metía con él haciéndole comentarios ofensivos que parecían graciosos, como cuando le llamó "bobalicon". Si pudiera regresar en el tiempo, golpearía esa versión de él. No entendía como el WSO le había dado una oportunidad, como le había aceptado cuando había sido tan insufrible.

Jake lo amaba. Lo amaba tanto, nunca imaginó que podría sentirse así por alguien, nunca pasó por su cabeza que terminaría tan profundamente enamorado de alguien, mucho menos de alguien como Bob.

Moviendo su brazo libre, Seresin alza la mano para delinear suavemente la curva de la nariz de Floyd, quien la arruga por las ligeras cosquillas que siente. Y es tierno, tan tierno que Hangman siente que su corazón es acariciado con amor, haciendo que se acerque para depositar un pequeño beso en la punta de la nariz de su esposo. Su esposo. ¿Podría ser más perfecto? Aunque nunca pensó en llegar a estar así, casado con un hombre tan maravilloso, lo agradecía. Ahora no podía ver su vida sin Bob. Ni siquiera recordaba cómo era antes de él. Es como si hubiera comenzado en el momento en que cruzaron miradas.

—Mmm... ¿qué haces? —Floyd despierta con una ligera expresión de molestia por ser despertado antes de la alarma, abriendo los ojos para ser bendecido por la perfecta vista de Jake Seresin a su lado, sonriendo de esa manera estúpidamente encantadora que le hacía creer en los angeles.

Por otro lado, Hangman queda perdido en el azul intenso de los ojos de Bob, quien le mira con esa cara de sueño en su rostro. Luce tierno, tanto que no puede evitar atraparlo en un efusivo abrazo mientras ríe porque simplemente está feliz. Siempre está feliz de tener a Bob entre sus brazos, a su lado, frente a él, donde sea pero con él. Pensó que moriría cuando le envió un correo diciendo que había sido asignado a una misión en Somalia de la cual no sabía cuándo volvería.

Hangman estaba en California desde hace dos meses cuando le llegó la noticia. Había estado contando los días que faltaban para regresar con Bob, pero cuando recibió aquel correo, sus ánimos se desplomaron. Se quedó con los Vigilantes más de lo debido porque no quería regresar a una casa sin su Bobby. No le importaba si estaba siendo un poco egoísta con su familia.

—Estas demasiado feliz tan temprano por la mañana. —Robert apenas puede decir contra el hombro de Jake, quien le aprieta como si fuera una de las almohadas de la cama.

—¿Es malo? —el piloto le suelta sólo un poco para poder ver su rostro, compartiendo miradas. La sonrisa de Hangman es tan hermosa que es peligrosa. Bob siempre sentía que se enamoraba sin parar cada vez que la veía.

—Para nada. —Bob decide acurrucarse nuevamente contra el pecho de su esposo, disfrutando de los minutos que tenían antes de levantarse de la cama. Había extrañado eso, la calidez del cuerpo del otro hombre, su aroma, su simple presencia en la cama o a su alrededor, acostumbrados a orbitar alrededor del otro antes de que siquiera fueran conscientes de sus sentimientos.

A veces Bob no puede creer que terminó casándose con Hangman.

Se conocieron por casualidad cuando ambos fueron asignados al mismo equipo para una misión. Hangman había sido un completo imbécil que le desagrado desde el comienzo, pero luego algo cambió en él, haciendo que le viera bajo una luz diferente a la primera impresión que le dió. Unos meses después, estaba pidiéndole salir con él antes de regresar a casa. ¿Y quien es Bob para rechazarlo? Sin darse cuenta, él también había comenzado a sentir algo por el estúpido ególatra de Hangman. Un tiempo después, allí estaban.

Nubes de Algodón | Robert Floyd | Jake Seresin [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora