Nubes de Algodón | Robert Floyd | Jake Seresin [BL]

"Vuelve a mi"

Luego de la asombrosa demostración de Maverick de que la misión podía ser algo posible, el Vicealmirante Beau lo escogió como capitán de la incursión, escogiendo a quienes irían con él.

Fue una verdadera sorpresa para Bob cuando fue escogido para ir con Phoenix como el primer dúo de aviones detrás de Maverick, llevando su mirada a una única persona antes de cualquier otro.

Hangman está viendole de vuelta, asintiendo con una sonrisa, feliz de que lo escogieran.

Sin embargo, él no es escogido, quedando como reserva con el resto de pilotos.

[...]

-¿Estás bien? -Bob pregunta cuando entra en la habitación de Hangman luego de la reunión. El despliegue sería el día siguiente, así que tenían el resto del día para descansar y prepararse para la misión. -Siento que no te escogieran, eres un buen piloto. El mejor.

Hangman, acostado en su cama, observa en silencio como Bob se acerca. Estaba feliz de que escogieran a Bob y Phoenix para la misión, aunque debía admitir que le había sorprendido que no le escogieran a él. Eso le molestó un poco. Realmente quería ir, ser parte de todo aquello en un papel más protagónico. Era bueno, era el mejor.

-Está bien. -Hangman suspira toda su frustración, observando como Bob se recuesta a su lado.

-Estaré preparado para cuando tenga que salvarles el trasero.

-Jake. -Floyd reprocha.

-Aunque sé que no lo van a necesitar porque lo lograrán. -el piloto se gira hasta quedar cara a cara con su esposo. -La misión saldrá a la perfección. -no quiere que Bob piense nada diferente.

-Sí. -sin embargo, no se ve convencido con sus palabras.

-¿Estas nervioso? -Hangman lleva una mano al brazo de Bob, acariciándolo suavemente.

-Tengo un poco de miedo. -Robert confiesa en un débil susurro.

-Ven aquí. -Jake alza el brazo para darle espacio a Bob, quien se termina de deslizar más cerca, acurrucandose contra su pecho.

-Si algo pa-

-Nada va a pasar. -el piloto abraza al WSO, envolviéndolo con su calor corporal en un intento de calmarlo. -¿Me escuchas? No pienses en nada de eso, somos los mejores por algo. Siempre hacemos esto.

Bob no dice nada, confiando en las palabras de Jake, concentrándose en los latidos de su corazón hasta que vuelve a sentir que todo está bien.

[...]

-Pero mirese, Teniente Floyd, que guapo.

En el portaaviones Theodore Roosevelt, unos minutos antes de abordar los aviones y despegar, Hangman intercepta a Bob de camino al suyo.

-Digo lo mismo, Teniente Seresin. -deteniéndose frente a Jake, Bob comparte la misma sonrisa coqueta en su rostro.

-Amo cuando dices así mi apellido. -Hangman da el paso que los separa, sosteniendo una mano del WSO mientras se inclina demasiado cerca de él con una sonrisa traviesa.

-Comportate. -Floyd dice, más la sonrisa que se le escapa hace que no suene tan serio, permitiendo que Jake le dé un beso en la frente. Es dulce, es íntimo, le hace derretir de amor.

-Sólo permíteme que sostenga a mi esposo un poco más. -Seresin abraza a Bob. -Te amo.

-Te amo. -Bob regresa con el mismo sentimiento de amor con un toque de miedo. Es la despedida que siempre se dan antes de una misión.

-Vuelve conmigo.

-Tenlo por seguro.

...

-¿Te despediste de Hangman? -Phoenix pregunta cuando Bob llega con ella.

-Si. -Floyd responde con una sonrisa algo triste.

-Tranquilo. Tu querido esposo me dio una clara advertencia sobre regresarte en una pieza. -Hangman se había acercado a ella antes de ir con Bob, para darle una larga charla de cuanto amaba a su esposo, así que debía devolverlo a él. Fue dulce, pero obviamente se burló de Hangman antes de asegurarle que lo cuidaría.

Con una sonrisa llena de amor, Bob sube al avión. Por supuesto que Hangman haría algo así. -Hagamos esto. -dice mientras ve a Phoenix abordar también.

[...]

-¡Jake! -cuando Bob ve al piloto bajar de su avión luego de salvar a Maverick y Rooster, corre inmediatamente hacia él. Cuando llegó al portaaviones con Phoenix, escuchó por la radio que Hangman había salido para ayudar al capitán y a su compañero.

La misión había sido un éxito, lo habían logrado. Aunque, por supuesto, no sin algunos imprevistos. Por suerte todo había salido bien, nadie de su equipo estaba muerto y ahora podía regresar a casa con su esposo en un merecido descanso de al menos unas semanas.

Atrapando a su esposo, Hangman lo alza del suelo, haciendo que el WSO enrede las piernas en su cadera. -Lo logramos. -Bob dice con una sonrisa llena de alivio y alegría.

-Te lo dije. -Hangman mira a su esposo con la misma sonrisa, besándolo cuando Bob se inclina para llegar a sus labios.

Unos minutos después, Maverick y Rooster llegan, lo que inicia una celebración en la cubierta del portaaviones.