Nos ponemos en marcha cuando el sol aun duerme. Hoy es el gran día de Roberto y también el día en el que Leslie volverá con su familia.
Roberto practica la canción que interpretara por el camino a Aregua, el concurso empezara a las tres de la tarde. Realmente espero que gane.
Leslie me parece muy familiar, como que ya la vi antes, pero no tengo idea de donde la conozco, esa forma de caminar, la forma en que mira, todo, me recuerda a algo, pero no se a que.
Llegamos a el establecimiento. Roberto entra y me dice:
— Ve a recorrer muchacho, no creo que deben entrar a los perros aqui, tu sabes bien que debes volver luego. Cuidate.
Sigo a Leslie y entramos por una reja que se ha roto, para mi sorpresa el lugar es un Rancho, enorme, tal vez el mas grande del lugar.
Leslie se apresura en entrar y lo le sigo, caminamos mucho hasta que en una pequeña sombra me dice
— Quédate aquí, ya vuelvo.
— Esta bien.
Hay un olor familiar en este lugar. ¿Que sera?
*Narra Leslie*
LLego a mi casa y mi mama me dice:
— Hija, has vuelto, yo y tus hermanos te extrañamos mucho— me lame todo el rostro.— ¿Donde te habías ido?
— Salí por una de las rejas que estaba rota, y sin darme cuenta me camufle con las vacas, entonces me estaban llevando en un camión grande, por suerte pude saltar pero me golpee un poco al caer y un perro que conocí en la ciudad me trajo hasta aquí.
Su madre olfatea un poco y abre los ojos grandes.
— ¿Donde esta?
— Por allí — señalo donde deje a Toby.
— Hija, debo decirte algo.
*Narra Toby*
A lo lejos veo que Leslie se acerca con otro perro hembra, seguro es su madre.
La acompañante de Leslie se acerca a mi y me olfatea de pie a cabeza.
— ¿Acaso no me reconoces? — me dice con lagrimas en los ojos.
Pienso un momento y trato de recordar si alguna vez la había visto.
— Soy yo — continua antes de que responda— tu madre.