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↳ 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐔𝐑 - 𝐇𝐎𝐌𝐄𝐂𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆
ᴠᴀʟᴇɴᴛɪɴᴇᴍᴀʟʟᴏʀʏ sɪɢʜᴛ
𝐍𝐎𝐒 𝐌𝐈𝐑𝐎́ por unos segundos más y finalmente habló.
—Intentamos llamas, pero no hay número en la invitación —aclare, ganándome su atención—.Vinimos tan rápido como pudimos.
—También esperaba que vinieras solo.
—Son mis amigos —Pope nos miró—. Me ayudaron a encontrar el Merchant.
—Las instrucciones eran claras —pareció no importarle mucho—. Esperarán afuera.
Patán.
—Somos como un paquete —insistió JJ, pero este hombre no parecía tener mucha paciencia.
—JJ —llamé y me miró. Le dediqué dos segundos, para luego volver a dirigirme al hombre—. Esperaremos afuera.
—Sí. Esperaremos aquí —asintió Ki, mirando hacia Pope para intentar tranquilizarlo.
—Deja el auto en marcha.
Cuando Pope entró del todo en la casa Limbrey, comencé a intentar unir cables y entender por qué a ellos les importaba tanto esto. Es decir, ya eran tan ricos como un Kook entró Outer Banks o incluso más ricos todavía.
—Vayamos al auto —animó la morena.
Estudié a los Limbrey una vez, no por la escuela, sino que por el trabajo de mi papá. Él era un hombre de negocios y tenía empresas, así que conocía a mucha gente con poder, como los Limbrey. Sé que ellos no dan nada de valor sin obtener nada a cambio, ni siquiera si es para ayudar a alguien. Por eso es que ellos no habían limpiado el nombre de John B todavía, porque querían algo a cambio por hacerlo.
—¿Eso parece voluntario? —preguntó Kie desde el asiento de copiloto, sacándome de mi trance y haciéndome voltear hacia la casa.
Estaban saliendo. Había una mujer rubia con muletas, y logré reconocerla, se llamaba Carla Limbrey. Que estúpida que fui, era claro que ella era la tal C. Limbrey.
—Eso no parece para nada voluntario —respondió JJ, frenando a Kie de su impulso de bajar de la camioneta e ir por él—. Van al callejón.
