De príncipe a bestia: El despertar de la bestia dorada (+18)

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Christopher Morgan

Agarró sus manos con la mías mientras le hago el amor a mi mujer, ella gime debajo mío

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Agarró sus manos con la mías mientras le hago el amor a mi mujer, ella gime debajo mío.

Mi verga entra y sale de ella, se escucha el choque de nuestros cuerpos, los gemidos de Alice y mis gemidos roncos.

La beso mientras mis estocadas son más fuertes, la cama rechina ante mis movimientos.

Sus piernas abiertas y su coño recibe mi verga con facilidad.

Mierda, es una jodida delicia estar dentro de ella.

Es imposible que me canse de hacerla mía, me hice adicto a su coño y jamás quiero separarme de ella.

— Amor, amor, amor —me dice entre gemidos el apodo que sabe que me vuelve loco.

La follo con más fuerza, agarró su cadera fuerte para entrar y salir más rápido.

Sus paredes me succionan y me vengo en su interior como siempre.

Ella suelta un gemido y yo suelto un gemido ronco disfrutando de llenarla de mi corrida.

— Te amo nena —suelto entre jadeos.

Ella me mira detalladamente y acaricia mi rostro suavemente dejando un suave beso en mis labios.

Me abraza.

— Te quiero amor —me susurra en mi oído.

Ignoro la punzada que me dio en el tórax y la follo con furia.

No quiero que me joda pero lo hace, si no tengo su corazón haré que su coño se haga adicto a mi verga.

No tendré su corazón pero su cuerpo y ella malditamente son míos.

Gruñó y dejó mordidas en su hombro.

Ella suelta gemidos y jadeos.

Mis estocadas son más fuertes.

— S-soy tuya amor —me dice jadeando.

Se que lo hace para tratar de tranquilizarme pero solo me calma un poco.

Ella es mía, es mi esposa y lleva mi jodido apellido.

Tengo su cuerpo y es hora de que conquiste su corazón.

Al día siguiente

— Amor y-yo te quiero mucho y aunque se que esas no son las palabras que quieres que salgan de mi boca te prometo que haré el esfuerzo para amarte —me dice mientras acaricia mi pecho.

Mi corazón suelta latidos erráticos.

No digo nada y ella suelta un suspiro para agarrar mi mano y llevarla cerca de su seno, la miro raro con una sonrisa pícara.

Ella rueda los ojos.

— Sientelo, estos latidos acelerados me lo provocas tú esposo mío y aunque todavía no puedo decirte esas palabras tan especiales sé muy bien que dentro de poco las podré decir —me dice suavemente y deja un pequeño beso en mis labios.

One shots de PP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora