"¿Qué hubiera pasado si?" - «Gummigoo x Pomni»

Capitulo 10

Pomni

Mis propios ojos presenciaron lo impensable: el cuerpo de mi querido Gummingoo explotó en confeti. Sí, todos esos diminutos pedazos de papel cayeron suavemente al suelo, como si la tragedia hubiese sido una celebración. Algunos trozos descansaron sobre mí, otros quedaron atrapados en mis manos, pero todos dejaron una marca indeleble en mi alma.

Sentí cómo mi corazón se partía en mil pedazos. El mundo a mi alrededor se volvió borroso, lejano, mientras un ataque de pánico me envolvía, amenazando con consumirme. Era demasiado, todo sucedió tan rápido que mi mente, mi corazón, no lograron asimilarlo. Me quedé congelada, incapaz de moverme, incapaz de reaccionar.

Una risa amarga escapó de mis labios. Me dejé caer de rodillas, el peso de la realidad aplastándome, y llevé mis manos a la cabeza, tratando de mantenerme unida mientras todo en mí se desmoronaba.

—Pomni… —la voz de Ragatha me alcanzó a través del caos, suave pero firme, mientras colocaba su mano en mi hombro.

—Gummingoo se ha ido... él realmente se fue... —musité, las palabras apenas salían de mi boca, cada una un eco de dolor desgarrador.

—Todo va a estar bien, él solo era un NPC —dijo la muñeca, su voz cargada de esa seguridad que siempre parecía tener.

Pero esas palabras solo hicieron que el dolor se volviera insoportable. Si mi corazón ya estaba roto, ahora los pedazos se hacían polvo. Gummingoo no era solo un NPC. Él era más que eso, muchísimo más. Era un ser de otro mundo, único en su especie, algo tan diferente que solo al pensarlo me llenaba de asombro. Era mi novio… mi amado Gummingoo, el único que me había mostrado lo que significaba amar sin reservas, sin miedos. El único que tenía, el único que jamás tendría.

—Por favor, Ragatha, no me digas eso —supliqué, sintiendo cómo las lágrimas corrían por mi rostro mientras un dolor indescriptible oprimía mi pecho—. No puedes decirme que solo era un NPC.

Ragatha suspiró, y antes de que pudiera decir nada más, me envolvió en sus brazos. Era un abrazo firme, pero lleno de comprensión. Me aferré a ella, como si de alguna forma eso pudiera hacer que todo fuera menos doloroso.

—Lo siento, estoy empapando tu vestido con mis lágrimas... yo no quería... —murmuré entre sollozos, mi voz apenas un hilo roto por la desesperación.

—No importa, Pomni —susurró Ragatha, acariciando suavemente mi espalda—. Llora todo lo que necesites, está bien. Solo llora. Estoy aquí.

Su gentileza hizo que algo en mí se quebrara aún más. Mi cuerpo temblaba, y aunque sus palabras trataban de reconfortarme, el dolor seguía allí, inamovible, como una tormenta que nunca cesa.

—Ragatha... ¿tú crees que un NPC no siente? ¿Que todo esto solo fue una actuación? —le pregunté, mi voz quebrada, temiendo escuchar la verdad, pero necesitando saber.

Ella tardó un momento en responder, y ese silencio me desgarró. ¿Estaba todo en mi cabeza? ¿Había amado a alguien que nunca existió de verdad?

—Creo que él realmente fue tu amigo —respondió al fin, su voz suave pero firme, acariciando mi cabello como una madre que consuela a su hija.

—Pero... aunque nada de lo que pasó fuera real... —dije, mi voz cada vez más débil—, yo lo seguiría amando. Seguiría queriendo que estuviera a mi lado, cuidándolo… solo quiero que vuelva…