Pomni
— ¿De dónde sacaste eso? —preguntó Gummingoo, con los ojos fijos en el objeto que tenía entre mis manos, como si no pudiera creer lo que veía.— ¿Tocas la guitarra? —pregunté aún sosteniendo el instrumento, notando cómo su mirada se volvía suave y nostálgica.
— Según mis recuerdos, sí, lo hacía antes de volverme bandido —respondió él, sentándose lentamente sobre su cama, sus palabras cargadas de un anhelo silencioso.
Me senté a su lado y, con una sonrisa cálida, continué sosteniendo la guitarra, sin apartar mis ojos de él. Pude ver en su mirada un destello de sus recuerdos del pasado, un eco de lo que alguna vez fue.
— Sé lo que estás pensando —dijo Gummingoo, sus ojos reflejaban una mezcla de ternura y tristeza, como si en ese instante hubiera dejado de ser el bandido para volver a ser el músico de antaño.
— ¿Qué estoy pensando? —pregunté, mi voz temblando con una emoción contenida. Sentía que había un lazo invisible que nos unía en ese momento.
Gummingoo soltó una pequeña risa, dándome un golpecito en el hombro. Luego, tomó la guitarra con una destreza que sugería años de práctica. Sus dedos comenzaron a moverse sobre las cuerdas, produciendo una melodía que llenó la habitación con una calidez desconocida para mí. La música parecía envolvernos, creando un refugio donde solo existíamos nosotros dos.
— ¿Qué canción es? —pregunté con curiosidad, dejándome llevar por la melodía.
— "Somethin' Stupid" de Frank Sinatra —contestó Gummingoo, con una sonrisa tímida pero llena de una sinceridad que me conmovió. En sus ojos vi reflejado un mundo de recuerdos, momentos felices y quizás algunas lágrimas derramadas.
En ese instante, Gummingoo empezó a cantar. Su voz, profunda y resonante, llenó el espacio que nos rodeaba a ambos. Cada nota parecía cargada de una emoción que nunca antes había sentido, como si cada palabra estuviera impregnada de su esencia.
— And then I go and spoil it all —cantaba el cocodrilo de gomita, sus dedos acariciando las cuerdas con una suavidad sorprendente— By saying something stupid like... —Hizo una pausa, sus ojos encontrándose con los míos, llenos de una intensidad que me dejó sin aliento. Sentí que el tiempo se detenía y que todo lo demás se desvanecía a nuestro alrededor.
— I love you —terminó, inundando la habitación en completo silencio. Dejando la guitarra a un lado, me miró fijamente, su mirada llena de una vulnerabilidad que me desarmó.
— I love you —repliqué, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba y mis mejillas se encendían. Una sonrisa tímida se dibujó en mis labios, reflejando la alegría que sentía en ese momento.
Ambos nos reímos, y sin pensarlo dos veces, me lancé a abrazarlo. Sentí su calor y su ternura, y supe que ese era un momento que quedaría grabado en mi memoria para siempre. Nos quedamos acostados sobre la cama del cocodrilo, envueltos en una felicidad que parecía suspendida en el aire, como si el mundo entero se hubiera detenido solo para nosotros.
El tiempo parecía diluirse mientras permanecíamos así, abrazados, compartiendo un silencio lleno de significados y promesas no dichas. La melodía aún resonaba en el ambiente, como un susurro lejano que nos recordaba que, en ese instante, habíamos encontrado algo más profundo que la mera compañía: habíamos encontrado un refugio en los brazos del otro.
— I love you, Pomni —declaró Gummingoo cerca de mí, entregándome un beso en la frente.
Sorprendida y sonrojada, levanté la cabeza nerviosamente para dirigirle la mirada al cocodrilo de gomita, quien sonreía felizmente mientras me mantenía en sus brazos, regalándome su calor, sin querer apartarse de mí.
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"¿Qué hubiera pasado si?" - «Gummigoo x Pomni»
Roman d'amourCómo el mismo título lo dice ¿Qué hubiera pasado si Gummigoo, el cocodrilo de gomita, se hubiera quedado en el Circo Digital? fanfic corto [Capitulo 2 de Circus digital] [ La portada no es mía ] [ Capitulos cortos ]