Capitulo 4

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Gummingoo


Después de alejarnos del bar, seguimos caminando por las calles del Reino Dulce con nuestras manos entrelazadas.

Mientras caminábamos de la mano, suspiró. Mi mente volvió a Chad y Max, y comencé a preguntarme si habían sido capturados por los compañeros de Pomni o si habían logrado escapar.

Espero que estén bien.

Sin embargo, la bufóna me saca de mis pensamientos.

—Gummingoo, ¿te encuentras bien? —preguntó Pomni, con un tono de voz suave y compasivo.

—Sí, Pomni, no te preocupes —respondí, tratando de disimular mi inquietud—. Solo estoy angustiado porque ya han pasado dos días y mis amigos aún no han regresado al Reino. Me pregunto dónde estarán.

Solté un profundo suspiro cargado de incertidumbre. Pomni se detuvo y me miró con una expresión de sincera empatía.

—Entiendo cómo te sientes, Gummingoo. Pero tengo fe en que están en camino de vuelta.—trató de consolarme con una suave sonrisa.

—Quizás tengas razón, Pomni, pero teníamos planes de llevar el camión a una aldea a las afueras del Reino. — Hablé con melancolía.

El atardecer pintaba el Reino con tonos cálidos. Miré a Pomni y noté en sus ojos un brillo de tristeza, mientras ella, en un gesto de consuelo, se acercó y me abrazó.

Correspondí su abrazo, sintiendo un alivio momentáneo en medio de la tormenta de dudas y preguntas en mi mente. ¿Por qué Pomni seguía a mi lado? Si sabe que sólo soy un Npc, y que mi existencia no es relevante.

Cerré los ojos, descansando mi cabeza en Pomni mientras ella me brindaba su calidez.

—Gummingoo, no quiero verte así de triste —dijo Pomni con dulzura, apoyando su cabeza en mi pecho.

Solté una pequeña risa, sintiendo el consuelo que su compañía me brindaba.

—Estar contigo hace que el peso en mi corazón sea más ligero —le respondí con gratitud.

Nos separamos suavemente y retomamos nuestro paseo, aunque mi mente seguía divagando, intentando calmar mis nervios.

—Gummingoo —dijo Pomni, llamando mi atención.

—¿Sí? —respondí.

—¿Por qué me diste un beso en la mejilla cuando estábamos en el bar? —me preguntó de repente, su voz cargada de curiosidad.

Mi corazón se aceleró y sentí un cosquilleo en el estómago. ¿Cómo explicarle mis sentimientos sin revelarlo todo?

—Fue un gesto espontáneo de cariño. Estaba tan emocionado de bailar contigo que simplemente me nació hacerlo —respondí, tratando de no dejar ver cuánto me agradaba su compañía—. ¿Y tú? ¿Por qué me devolviste ese beso?

—Por la misma razón —respondió ella con una sonrisa tímida.

Vi un banco desocupado y le pregunté a Pomni si quería descansar. Ella asintió con una mirada agradecida y se sentó en el banco. Antes de sentarme a su lado, tuve una idea, bastante peculiar, que me hizo sonreír.

—Espera aquí un momento —dije mientras me alejaba para recoger una flor dulce del suelo.

Regresé con la flor en mis manos y me senté junto a Pomni, entregándosela con un gesto nervioso.

—Quería traerte esta flor —dije, mi corazón latiendo más rápido mientras le entregaba el presente.

Ella aceptó la flor y me sonrió con ternura. Sentí un calor en mi pecho mientras ella apoyaba su cabeza en mi hombro, tomándome por sorpresa.

"¿Qué hubiera pasado si?" - «Gummigoo x Pomni»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora