Capitulo 3

1.5K 96 80
                                    

Gummingoo


Ya despierto, veo a Pomni durmiendo a mi lado por segunda vez. La despierto moviéndola un poco, y una vez que se levanta, ambos nos damos la vuelta para observar el interior del Reino Dulce.

— Llegamos. — Dije con tono afirmativo—. Antes de seguir, quiero hablar contigo de algo.

Ella voltea a verme, con sus ojos de color rojo y azul, lo que me provoca ternura y un poco de nervios. Sin embargo, mantengo la calma y comienzo a hablar.

— Estaba pensando que tal vez, Caine, no quiera que esté en el Circo digital con ustedes.— Suponí.

—¿Por qué? — Pregunta Pomni.

— Porque soy un NPC. — Respondo sin más.

— Un lindo Npc.— Asegura la bufóna.

Me quedo callado y estático.

Impactado.

Nervioso y sonrojado.

— No vuelvas a llamarme asi, soy un bandido —le respondo a Pomni, quien se ríe dulcemente a mi lado mientras yo trataba de ocultar mi sonrojo con mi sombrero.

—Creo que mis compañeros no están en el Reino Dulce —dice Pomni.— Creo que todavía nos están buscando afuera.

Dejo de ocultar mi rostro con mi sombrero y al notar que sus compañeros aún se encontraban a las afueras del Reino Dulce, se me ocurre una idea.

— Vamos a recorrer el reino, puedo mostrarte los lugares donde pasaba mis días —sugiero.— ¿Quieres venir conmigo?

— Claro, ¿A dónde iremos? — pregunta Pomni, con una ligera curiosidad en sus ojos.

Levanto a Pomni en mis brazos y me río en la cima de la muralla. Ella me mira con sorpresa cuando doy el salto, pero aterrizamos con gracia en el suelo, sanos y salvos. Sigo sosteniendo a Pomni con firmeza, mientras su asombro y emoción hacen eco en su rostro.

-Ya puedes abrir los ojos, no pasó nada-dije con tono calmado mientras bajaba a Pomni para que pusiera sus pies en el suelo.

— ¿Por qué no me avisaste? — preguntó Pomni, a punto de vomitar.

Con una sonrisa nerviosa, dejo que Pomni vomite un líquido de color negro y vuelvo a tomar su mano.

— Lo siento, Pomni, estoy tan emocionado de pasar tiempo contigo que siento que quiero ser tu amigo para siempre — murmuré.

Pomni se sorprende y también sostiene mi mano con la suya, parece estar sonrojada, lo que me provoca ternura. Realmente era una bufona muy dulce.

Sonrío de nuevo y vuelvo a retomar el tema.

— ¿Vamos? — pregunté. — Hay un lugar que tal vez te guste mucho.

— Sí, vamos — Me responde ella.

Con nuestras manos entrelazadas, empiezo a caminar con ella por el Reino Dulce, manteniéndome atento y tratando de evitar que me reconozcan como el bandido que soy.

Me detengo frente a un bar, como era de esperarse, cada local en este reino estaba hecho de dulces. Aquí, en lugar de servir cerveza o bebidas alcohólicas, servían chocolatadas y jugos de frutas endulzadas.

— Ven, Pomni, te invitaré a tomar algo — le dije, entrando con ella al bar mientras aún sostenía su mano.

Una vez dentro, habían varios NPCs de color azul divirtiéndose y bebiendo sus bebidas, sentados o de pie en los rincones. Nosotros nos sentamos en una mesa y nos trajeron dos chocolatadas de inmediato.

— Eso fue rápido —comentó Pomni mientras empezaba a beber de su vaso.

Copié su acción y también empecé a beber mi chocolatada. Al terminar, me limpié la boca con el brazo y noté que Pomni tenía la carita manchada con restos de chocolatada.

Me río un poco del suceso y acerco mi mano hacia su rostro para limpiarle la mejilla.

Ella parece sorprendida, pero me regala una leve sonrisa y desvía la mirada.

No sé por qué hice eso; ella es perfectamente capaz de cuidarse sola. Sin embargo, aún así, quiero ofrecerle mi ayuda en todo lo que pueda.

—Nunca pensé que a los bandidos les gustara la chocolatada — comentó la bufona con un tono burlón.

— Créeme, los bandidos pueden disfrutar de una chocolatada fuerte después de cometer un delito — respondí mientras me levantaba de mi asiento y me colocaba frente a Pomni.

La bufona me miró con extrañeza.

—Una de las cosas que más me gustan de este lugar — comenzó a sonar una hermosa melodía de fondo proveniente de una rocola - es que puedo bailar.

Le extendí mi mano a la bufona, invitándola a bailar conmigo.

Ella, un poco nerviosa, lo pensó por un momento y, finalmente, aceptó tomar mi mano. Juntos comenzamos a bailar al ritmo de la música.

Los NPCs azulados imitaron nuestras acciones y comenzaron a bailar alrededor nuestro. Sin embargo, Pomni y yo destacábamos entre todos ellos, no solo por nuestra apariencia, sino también por nuestra forma de bailar tan peculiar.

Mientras bailábamos con las manos entrelazadas, me dejé llevar por la música y coloqué mi mano en la cintura de Pomni. Ella notó el gesto y se quedó inmóvil frente a mí, mirando hacia el suelo con cierta timidez.

Yo también me quedé quieto, y mientras los NPCs seguían bailando alrededor, ella levantó la mirada y nuestras miradas se encontraron otra vez, reflejando la incomodidad de la situación. Sin embargo, al notar mi mano en su cintura, ella colocó la suya en mi pecho.

Mi corazón de gomita comenzó a latir más rápido.

—¿Quieres que bailemos algo lento? —pregunté, tratando de disimular mi nerviosismo.

Ella asintió con la cabeza y empezó a descansar en mi pecho. Nos movimos lentamente de un lado a otro, y de adelante hacia atrás, siguiendo el suave ritmo de la música.

Mi corazón latía aún más rápido, pero me sentía feliz de bailar con Pomni entre mis brazos. Todo lo demás parecía desvanecerse y solo existíamos ella y yo en el bar, entregándonos a la música.

La melodía finalmente terminó, pero Pomni y yo seguimos en la misma posición, mi mano en su cintura y la suya en mi pecho.

Ella levantó la cabeza y me miró con una dulzura que no había visto antes, y en ese momento me di cuenta de lo flechado que estaba por ella.

Ambos nos sentíamos extrañamente felices, y con una risa nerviosa me acerqué lentamente a su mejilla y le di un suave beso con mis labios.

Los Npc's que parecían maniquíes pintados de azul se asombraron.

Deje de comprender la situación por un instante, hasta que la bufóna decidió darme una respuesta.

— Yo también tengo algo para ti.—
Dijo mientras se paraba de puntitas y me plantaba un pequeño beso en la mejilla a mi también.

Disfruto del beso y cuando termina, la abrazo sin importarme de que todos me vieran. Al terminar el abrazo, sostengo su mano y rápidamente salimos corriendo del bar sin pagar.

"¿Qué hubiera pasado si?" - «Gummigoo x Pomni»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora