11. La maldición de los Donovan

81 18 0
                                    

1.926, Noviembre, Colorado

Una gran cantidad de lluvia caía sin parar sobre todo en Colorado.

Las tormentas resonaban muy seguido. Alguien iba corriendo hasta llegar a su casa.

— ¡No está! No encuentro a Jordan. — Gritaba un joven adolescente de alrededor de diecisiete años.

— ¿Que estás diciendo, William? — Pregunta su padre. — ¿Que ha pasado?

— Estábamos jugando en el bosque y de repente comenzamos a llover, había mucha tormenta y no volví a ver a mi hermano. — Respondía un asustado William.

La noticia no le gustó a su padre y más por su salud.

— No debisteis haber ido al bosque... — Murmura su padre bastante preocupado.

Horas antes

William se encuentra vendiendo latas de tomate cuando alguien aparece detrás de él, era su hermano menor Jordan Andrew Donovan.

— Jordan... — Murmura William al ver a su hermano decidir seguirlo.

— ¿Que estás haciendo? — Pregunta a su hermano mayor.

— Solo estoy terminando con esto. — Respondió William mientras organizaba las últimas latas de tomate en el estante. — Papá me pidió que ayudara con la tienda hoy.

Jordan lo miró con sus ojos brillantes, claramente aburrido con la tarea monótona.

— ¿Y puedo ayudarte? — Preguntó Jordan con una sonrisa que iluminaba su rostro. Era evidente que su hermano menor lo admiraba, siempre deseoso de estar a su lado.

William suspiró, pero no pudo evitar sonreír ante el entusiasmo de Jordan. — Claro, pequeño. Pero después, ¿qué te parece si damos un paseo por el bosque? No deberías estar todo el día en la tienda. —

Jordan asintió con entusiasmo. Siempre amaba sus paseos por el bosque, y William sabía que esos momentos eran importantes para ellos. Era como si el bosque tuviera una magia especial, un lugar donde podían escapar de la realidad, aunque solo fuera por un rato.

Días después, mientras caminaban juntos por un sendero familiar, algo cambió en la atmósfera. El aire se sentía más pesado, como si el bosque los estuviera observando.

— William... — murmuró Jordan, deteniéndose de repente. — Siento que alguien nos está siguiendo.

William frunció el ceño y miró a su alrededor. El bosque siempre había sido un lugar seguro para ellos, pero ese día, algo parecía diferente.

— Tranquilo, no hay nadie aquí, Jordan. — Respondió, intentando calmar a su hermano menor. Sin embargo, una inquietud creciente comenzó a instalarse en su propio pecho.

Antes de que pudieran continuar, un trueno resonó en la distancia, seguido por un destello de luz que iluminó las copas de los árboles.

— Será mejor que volvamos antes de que comience a llover. — Dijo William, acelerando el paso. Pero cuando miró hacia atrás, Jordan ya no estaba.

El joven miró alrededor, llamando a su hermano con una creciente desesperación. Las tormentas no eran inusuales en Colorado, pero había algo en esa tormenta que la hacía diferente, más amenazante. William corrió de regreso al sendero, pero Jordan había desaparecido.

De vuelta en el presente, William, empapado y exhausto, enfrentaba a su padre con el corazón acelerado.

— Papá, hice todo lo que pude para encontrarlo... — Dijo William, su voz quebrada por la culpa y el miedo. — ¡Lo busqué por todas partes! Pero... simplemente se fue... Desapareció...

Wolfbound Donde viven las historias. Descúbrelo ahora