7. Parrish amnésico

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La atmósfera en la casa de los Miller era tensa. Jordan Parrish, aún inconsciente y amnésico, descansaba en la habitación de invitados mientras George, Rose, Isaac, Erik, Cora y Sarah trataban de decidir qué hacer. Llevarlo al hospital no era una opción. Parrish no era un ser humano común, y sabían que las respuestas que buscaban no las encontrarían en ningún hospital.

- No podemos llevarlo al hospital. Si se recupera, podrían hacerle pruebas que revelen su naturaleza sobrenatural. - Dijo George, apoyándose en la mesa del comedor con un suspiro pesado.

-Entonces, ¿qué hacemos? -Preguntó Erik, inquieto. Miraba constantemente hacia las escaleras que llevaban a la habitación de Parrish.

Rose se frotó la frente, pensativa.

- Por ahora, lo mejor es que se quede aquí hasta que recupere la consciencia. Podríamos intentar hablar con alguien que sepa más de su condición. Tal vez... Alguien en el pueblo pueda ayudarnos.

Isaac, sentado en el sillón con las manos entrelazadas, asintió lentamente. La preocupación se reflejaba en su rostro. No podía quitarse de la cabeza la idea de que algo grave había ocurrido con Parrish y que su llegada no era una coincidencia.

- Lo acomodaremos lo mejor que podamos. - Dijo George. Luego miró a Erik e Isaac. - Chicos, tendrán que compartir habitación por un tiempo. Cora y Sarah pueden compartir la otra, y Parrish se quedará en la habitación de invitados.

-No hay problema. - Respondió Isaac. Sabía que este era un pequeño sacrificio comparado con lo que tenían que resolver.

Rose lanzó un suspiro.

-.Muy bien, vamos a acomodarlo todo. Mañana veremos cómo sigue Parrish y decidiremos los próximos pasos.

2008, Beacon Hills

Isaac Lahey se escondía en el rincón de la casa mientras escuchaba la fuerte discusión entre su hermano mayor, Camdem, y su padre, el señor Lahey. Las palabras duras volaban por toda la casa, cada una más hiriente que la anterior. Isaac, apenas un niño, no entendía todo lo que pasaba, pero sabía que Camdem siempre estaba en problemas con su padre. Sin embargo, lo que más lo asustaba era la tensión entre ellos, una bomba de tiempo a punto de explotar.

-¡No vuelvas a salir por la noche! -Gritaba el señor Lahey, su voz llena de enojo.

- Hago lo que quiero, no puedes controlarme para siempre. - Replicaba Camdem, con una rebeldía feroz en sus ojos.

Isaac se acurrucó en su escondite, con el corazón latiendo rápido. No quería que su hermano se metiera en más problemas. No entendía por qué discutían tanto, pero sabía que Camdem siempre lo cuidaba.

Esa noche, después de que la discusión terminó y la casa quedó en silencio, Camdem se acercó a Isaac, con una sonrisa cómplice en los labios.

- No te preocupes, peque. Todo está bien. - Le susurró, agachándose para estar a su nivel.- Esta noche voy a salir, pero prometo que volveré con algo para ti. Solo tienes que guardar el secreto.

Isaac, con los ojos brillando de confianza en su hermano mayor, asintió rápidamente.

Camdem le dio una palmada en el hombro antes de salir por la ventana, deslizándose en la oscuridad para encontrarse con su grupo de amigos. Aunque llevaba una vida rebelde, siempre cumplía su promesa a Isaac. Cada vez que volvía, lo hacía con un pequeño regalo: una piedra brillante, un juguete o incluso una simple golosina, cualquier cosa para hacerle saber a Isaac que pensaba en él mientras estaba fuera. Camdem lo protegía, a su manera.

Actualidad, Street View

Isaac hojeaba un viejo álbum de fotos mientras se recostaba en el sillón de la sala de estar. Rose y George estaban en la cocina, charlando tranquilamente mientras preparaban la cena. Erik y Sarah estaban terminando sus deberes, y Cora descansaba después de una larga caminata por el pueblo. Parecía un día tranquilo en la casa, pero Isaac no podía dejar de pensar en su hermano, Camdem.

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