"¡Maldición!", como el aullido de un lobo enfurecido, Jeon Jungkook se escuchó al entrar a su casa con pasos rápidos y desesperados, resonando en el silencio del atardecer. La nevada intensa que había cesado momentos antes había dejado una capa de hielo en él, y su abrigo húmedo y pesado parecía estar aplastándolo.
Su madre lo siguió, igualmente empapada, su rostro lleno de preocupación. "Mi amor, espera".
"¡Changkyun! ¡Las llaves!", gritó Jungkook, su voz llena de desesperación, mientras buscaba frenéticamente en los cajones de la pequeña mesa junto a la puerta. Su mirada estaba desenfocada, su respiración agitada.
"¡Jungkook!", Hye Kyo tomó a su hijo del brazo con fuerza, provocando que la mirara con el zafiro intenso bañando sus ojos. "¡Es imprudente que vayas ahora mismo!", le gritó, porque parecía que esa era la única forma en que el alfa entendiera. "¡Heriste su orgullo!, ¡¿entiendes eso?!".
¡¿Entenderlo?!, ¡él ya lo sabía!
Jungkook intentó zafarse de su agarre y gritó de nuevo, no dispuesto a ceder."¡Changkyun!".
Y aunque el beta se asomó rápidamente para entregarle las llaves, se detuvo en el instante en que escuchó a Hye Kyo con la voz dura.
"¡Escúchame!", la omega zarandeó su brazo cuando lo vio retomar sus acciones, impidiéndoselo. "¡Su lobo te matara si te acercas ahora!".
Jungkook gruñó y se movió bruscamente, soltándose finalmente de su agarre, arrebatándole las llaves al beta de las manos.
No obstante, igual de necia que su hijo, Hye Kyo no se rindió y se detuvo en la puerta, bloqueándola. "¡Tú podrías matarlo a él!", intentó hacerle ver de otra forma.
Y supo que surtió efecto cuando Jungkook se detuvo en seco y se quedó inmóvil, con su respiración agitada, mientras procesaba las palabras de su madre. Su mirada se encontró con la de ella muchos segundos después y cuando entendió que tenía razón, tiró las llaves contra el suelo con fuerza y se llevó sus hebras cortas hacia atrás, frustrado, malditamente desesperado. "¡Carajo!", gruñó.
La habitación se quedó en un silencio tenso por varios minutos, como si la nieve que caía en el exterior hubiera penetrado en sus paredes y hubiera apagado cualquier rastro de vida, solo siendo interrumpido por el tic-tac del reloj de pared y su respiración irregular, aquella con la que parecía luchar por encontrar aire en un mundo que se había vuelto asfixiante.
Hye Kyo se acercó a él entonces, su rostro lleno de compasión, y trató de envolverlo en una abrazo cálido, pretendiendo tranquilizarlo aunque sea un poquito con su aroma, sin embargo, Jungkook se apartó, retrocediendo varios pasos, mirándola con recelo a través de sus zafiros. "Tú le dijiste", le reprochó, con la voz ronca, las manos temblandole de la impotencia. "Por ti es que él lo sabe".
Hye Kyo frunció las cejas, ¿le estaba echando la culpa?. "Pensé que ese hombre bromeaba. ¿Cómo iba a imaginarme que mi hijo, un alfa...", enfatizó la última palabra, con un tono de disgusto palpable. "... Le estaba mintiendo a otro alfa...", volvió a enfatizar ahí, en la casta. "... Para ser su pareja".
Pero Jungkook no razonó, preso de la angustia y el desespero, rebatió, con su voz gruesa, cargada de rabia. "¡¿Es que él llegó a preguntarte si yo lo era o no?!".
Hye Kyo se sintió ofendida. Su hijo jamás le había alzado la voz, jamás habían discutido de esta manera y aun así, ella no pudo quedarse atrás cuando él la gritó. "¡¿Es mi culpa?!", le preguntó indignada. "¡Fue a ti a quien se le ocurrió hacerle creer que eres un omega!", vociferó, moviendo sus manos, como si de esa forma acentuara su molestia.
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LIBRE ALBEDRÍO |Taekook|
FanficKim Taehyung es feliz, tiene una buena posición económica, amigos leales, una familia amorosa y está perdidamente enamorado de Jeon Jungkook, el hermoso omega con el que lleva una relación, no obstante, el alfa siente que su mundo se desmorona cuand...