CAP 2

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MARA

La luz invadía mi vista aún debajo de las delgadas y claras sábanas. Mi puerta se abrió efusivamente y la sábana me fue arrebatada, haciendo que el frío en mi cuerpo me despertara por completo.

-¡Ehhh!- me quejé

La madre Esther estaba frente a mi con una sonrisa junto a Lizzy.

-¡Bueno días!- dijo mi amiga quien era la responsable del arrebato de mi sueño

Me senté sobre la cama, el día era gris, sin embargo la luz pasaba a través de las nubes iluminando cada rincón de mi habitación.

-El Chofer de los Toussaint llegará en 15 minutos debes apresurarte Mara- dijo la madre Esther

Todas lucían emocionadas por mi pero a pesar de todo no me sentía eufórica, estaba feliz por salir de aquel pequeño lugar pero algo en mi estaba causándome inquietud.

-¿Que te pondrás?- la rubia ya estaba vestida en su típica túnica blanca pero a pesar de ello le encantaba vestir a las personas, tenía el estilo de una adolescente elegante, sin embargo la túnica blanca apagaba ese potencial

-¿Quieres ayudarme?- le pregunté  con una sonrisa

-pensé que nunca lo dirías- dijo esta abriendo los cajones para comenzar a sacar prendas y colocarlas sobre su cama

Después de varias opciones que Lizzy había ingeniado en esos 10 escasos minutos me encontraba con un suéter color rojo pegado a la cintura y una falda de gamuza junto a unas mallas negras y un abrigo negro encima de todo aquello, mis botas estaban algo desgastadas pero quedaban a la perfección con el atuendo.

-Dios mío-suspiro Lizzy- luces hermosa-

-Basta Lizzy harás que lloré y es lo que menos quiero hacer-

La rubia no pudo evitar soltar un pequeña lagrima

-Prométeme que visitaras-dijo con ojos esperanzados

-Lo haré, no creas que te desharás de mi tan fácil tonta- le dije empujándola levemente hacia la salida

Esos 15 minutos habían volando y un carro lujoso estaba estacionado frente a la entrada del convento junto a un hombre de traje algo mayor.

Rápidamente tragué saliva, era hora de irse.

-¿Tienes todo querida?-

- Si lo tengo todo madre- sonreí a Esther

-Recuerda escribir y llamar en cualquier momento- dijo esta mientras le proporcionaba un abrazo

-Nos vemos madre Esther- está me apretó por los hombros

-Ana estaría orgullosa de ti, nos vemos Mara- este comentario me tomó por sorpresa pero sonreí ante el, abrazando una vez más a la mujer frente a mi con más fuerza que antes

-Gracias por todo- me despedí con la mano

-Ya vete antes de que me arrepienta y te obligue a quedarte- dijo Lizzy tomando su mano por última vez

El carro tenía asientos de cuero completamente negros, las ventanas estaban polarizadas y frente a mi había un millón de pequeños botones para el aire acondicionado junto a otras cosas, no quería tocar nada, creía que lo rompería incluso si los presionaba con mi dedo meñique, los lujos eran cosas a las cuales no estaba acostumbrada, apenas y las hermanas me permitían tener mi propio teléfono y unos pequeños audífonos de cable.

Vi a través del vidrio completamente tintado aquella vieja estructura en la cual había creado recuerdos hermosos y triste, al igual que conocido a personas realmente significativas.

Santa PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora