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—Luigi dice que el paparazzi aceptó venir y que probablemente esté muy cerca.

—Ponte esta, es la sudadera que más uso —Gala le entregó la prenda de color verde que tenía unas estrellas blancas decorativas en la parte de la manga izquierda y una G cerca de un pequeño bolsillo delantero—, obviamente todos en redes la conocen.

—Va, me tomaré una foto con Norrito —Karime se colocó la enorme sudadera que la cubría como si fuera un abrigo en invierno—¿Al menos la lavaste?

—Claro, hace un mes

Pindter prefirió no responder, había veces que no soportaba el tonto humor de su compañera de trabajo. Pasó de largo y cambió rápidamente de tema para no pensar que estaba usando una prenda sucia.

—Sí uso el espejo se verá como algo equis ¿no crees?

—Dame tu celular, yo la tomaré para que se vea bien la ropa.

—Recuerda que hoy tienes que usarla todo el tiempo que estemos juntas, así saldremos en las fotos abrazándonos.

La mirada de Montes y Pindter se encontraron una vez más, la mayor sostenía a su enorme gato color chocolate que tanto adoraba mientras que la menor sostenía el celular de la influencer para hacer una sesión de fotos.

—¡Listo! La subiré a tus stories.

El plan consistía en estar en un punto específico durante su caminata diaria, se tendrían que dar un par de abrazos sospechosos para que el fotógrafo solo tomara evidencia en el lado de Gala y se quedara con la intriga de quién era la otra persona.

—Parezco como si fuera a cometer un asalto en la primera tienda de autoservicio que me encuentre en el camino —Karime expresó con gran enfado al darse cuenta que estaba usando una gorra azul que tenía bordada las letras blancas "LA" y una sudadera negra que la cubría por completo, le quedaba enorme, se sentía tan fuera de la moda.

—No seas exagerada, todo es parte para que nos vean muy sospechosas y generemos el morbo.

Gala sacó de los bolsillos las manos de Karime, su tacto era muy cálido para la fría mañana de otoño que las estaba acompañando en su supuesta caminata, debía admitir que sostenerla de ese modo le hacía sentir un poco inquieta, quería permanecer de esa forma un poco más. Lentamente acomodó la gorra de Los Ángeles que estaba usando su compañera, se supone que las debían fotografiar de espaldas.

—No te muevas, nos está tomando las fotos —dijo manteniendo una sonrisa, tenía que disimular no saber sobre la situación.

—¿Y ahora qué? —Karime suspiró, odiaba estar despierta tan temprano cuando tenían llamado en unas cuantas horas —. Me urge que me dejes de agarrar como si fuera un simple trapo —fijó la mirada en sus manos que estaban entrelazadas.

Gala solo giró los ojos como muestra de apatía, no podía faltar el hecho que Karime era insoportable cada que hablaba, decidió ignorarla.

—Abrázame —la más alta rompió con el silencio que se había instalado en ellas. Estaba dando una orden.

—No, no sabemos si ya llegó el paparazzi —Pindter la miró como si estuviera diciendo una locura, la cual de alguna otra forma no era mentira.

—Wey, no te avisará, estás toda mensa —Gala tomó de la cintura a Karime para atraerla a ella, sus delgados brazos la envolvieron con gran duda, nunca habían estado tan cerca, incluso cuando se besaban en el set.

—¿Ya se fue? —al escuchar la pregunta de la pelinegra, la más alta observó como el paparazzi se marchaba.

—Aún no, espera un poco —dejó pasar unos minutos más, el dulce aroma del perfume de Karime la envolvía demasiado, como parte de su defensa, la soltó tan pronto pudo para liberarse de ese hechizo—. ¡uhg! tu perfume huele horrible.

Estrellas platónicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora