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Trata de entender que no puedo olvidarte

Sacarte de mí, respiro no puedo

Me ahoga mirarte, pensarte, sal de mi piel


Durante semanas no consiguió hablar con Gala debido a su apretada agenda y la noche que planeaba descansar se vio interrumpida por el timbre de su departamento, Arath de la Torre le había pedido con anticipación cuidar de sus hijos debido a que él y su esposa debían ir a visitar y sobre todo, cuidar del estado de salud grave de la madre de los de la Torre, sería muy agotador llevar con ellos a sus hijos, además que todos los familiares querían dedicarse en cuerpo y alma a cuidar de la señora. Sonaba raro el hecho de Karime siendo niñera de adolescentes pero siempre le recalcaba que podía contar con ella en cualquier situación familiar. Tenía cerca de un año que había conocido a toda la familia de la Torre, estaba fascinada de la dinámica del matrimonio, Arath y Susy demostraban su admiración y amor cada que podían pero sobre todo, el orgullo de ambos eran sus 3 hijos.

Gala de 20, Lucca de 11 y Lía de 8.

La hija mayor de los de la Torre era guapa, inclusive Karime en cuanto la conoció le pareció demasiado atractiva y con una presencia encantadora pero no quiso verla de esa forma, era la hija de su casi hermano. Una vez que se quedó con sus nuevos invitados, Lía de manera inmediata tomó a Karime como refugio seguro ante la situación extraña que sucedía, en cambio, Lucca estaba concentrado en algún videojuego de su switch y al final solo Gala la observaba detenidamente en cada movimiento que hiciera la pelinegra.

Que guapa estaba, pensó la mayor.

Su mirada se concentró en cuanto vio a la rubia usando un chaleco blanco que le dejaba ver el abdomen, estaba sonriéndole con una especie de coquetería que nunca lo había hecho cuando sus padres estaban en el mismo espacio. Karime sabía que Gala de la Torre le urgía estar con ella.

—¿Ocurre algo Kari? —interrumpió sus pensamientos al sentarse casi encima de su regazo, un acercamiento más íntimo.

—Hmmm nada, solo estaba pensando en unas cosas.

—Si quieres nos podemos ir al cuarto para que puedas pensar mejor, con más privacidad.

—No preciosa, cómo crees. ¿Ya comieron?

—Mamá nos mandó hacer las maletas y no tuvimos tiempo. Déjame ayudarte.

La pelinegra no tuvo tiempo de reaccionar para evitarlo, la mayor de los hermanos ya se encontraba a su lado preparando los sándwiches. En un movimiento rápido, Gala se encontraba detrás de ella, justo rodeando su cintura, a simple vista se podía comprender que la chica necesitaba tomar el empaque del pan pero si alguien que fuera más listo, se daría cuenta que la rubia comenzó a coquetearle.

Karime sabía a la perfección que esa chica de 20 años estaba atraída hacia ella desde que su padre la presentó en una cena. Solo Dios sabía que pasaban por los pensamientos de la recién adulta. De la misma manera, debía admitir que Gala de la Torre era muy atractiva y si quizás tuviera 7 años más, se hubiera dado una oportunidad. Vaya que sí hubiera aprovechado esa oportunidad al máximo.

No, Karime sacudió su cabeza disimuladamente para dejar esos pensamientos absurdos, tenía a 2 niños más en esa misma cocina.

En cuanto a la organización de cómo iban a dormir esa noche y las siguientes, los más pequeños se quedarían en la habitación de invitados, de tal modo que Karime dormiría con Gala. En su momento no lo pensó con doble intención porque esa no era la finalidad, su amigo le había encargado gran parte de su familia en una situación muy personal e importante, no debía abusar de la confianza. Rápidamente todos acomodaron sus pertenencias en los lugares adecuados para empezar a dormir, ya era de madrugada y al día siguiente era su último día de clases.

Estrellas platónicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora