☆┊┊Consecuencias┊┊☆

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Pero la realidad los alcanzó cuando Arthur apareció.

—Charles, Charlotte te busca, —dijo, su voz baja y discreta. —Charles se apartó lentamente, mirando a Yael con ojos brillantes. —Lo siento, —susurró, su aliento cálido en su oreja. —Yael se sintió mareada, su corazón aún latiendo rápido. —Voy, —dijo Charles, sin soltarla del todo. —Arthur se alejó, dejándolos solos un momento más. —Tenemos que hablar, —dijo Charles, su mirada intensa. —Yael asintió, aún sin encontrar su voz. —Charles se alejó, dejándola sola bajo el árbol. —Yael se apoyó en el tronco, intentando recobrar el aliento. —Arthur se acercó a Yael, su expresión seria. —Yael, necesito hablar contigo, —dijo. Yael se sentó en un banco cercano, aún sintiendo el calor del beso. —¿Qué pasa, Arthur?, —preguntó. Arthur se sentó a su lado. —Sobre Charles... y ese beso, —dijo. Yael se ruborizó. —¿Dime?, —preguntó temerosa. Arthur suspiró. —Charles está comprometido con Charlotte. Si ella se entera, podría ser un escándalo. —Yael sintió un golpe de realidad. —No pensé en eso, —admitió. Arthur la miró con preocupación. —Yael, tienes que pensar en las consecuencias. Charles podría perder todo si se separa de Charlotte. —Yael se sintió dividida. —Yael, no quiero que te lastime. —Yael apretó su mano. —Gracias, Arthur. Lo pensaré.

Yael se sentó en su habitación, intentando procesar sus emociones

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Yael se sentó en su habitación, intentando procesar sus emociones. La sensación en su bajo vientre persistía, un recordatorio constante del beso con Charles. Sabía que las cosas no debieron darse así, pero no se arrepentía. Sin embargo, la idea de contárselo a su mamá la llenaba de ansiedad. —¿Cómo le explico esto?, —se preguntó. Quería ser honesta con su madre, pero temía su reacción. Cuando finalmente se sintió lista, bajó a la cocina donde su madre preparaba la cena.

—Mamá, necesito hablar contigo, —dijo Yael. Su madre se detuvo, mirándola con curiosidad.—¿Qué pasa, hija?, —preguntó. Yael respiró hondo. —Es sobre un muchacho..., —comenzó. Pero antes de que pudiera continuar, su madre la interrumpió. —Yael, en nuestra cultura, una mujer debe respetarse a sí misma. No se puede dejar llevar por los sentimientos sin considerar las consecuencias. —Yael se sintió sorprendida. —Sé que tienes razón, mamá, pero..., —dijo. Su madre la miró con firmeza. —Una mujer judía no se deja endulzar por un hombre. La tradición judía enfatiza la importancia de la modestia. —Yael sabía que su madre era más liberal, pero algunas enseñanzas aún permanecían arraigadas en ella. —Lo sé, mamá, pero esto es diferente, —intentó explicar. Su madre la abrazó. —Confío en ti, Yael. Pero debes pensar en tu futuro y tu reputación. —Yael se sintió atrapada entre su corazón y no defraudar a su madre. 

—¿Por qué debo elegir entre mi felicidad y la expectativa de los demás?, —se preguntó. Su madre la miró con amor y preocupación. —Yael, entiendo que te guste este misterioso muchacho, pero debes pensar, escapamos de Israel para que tu hermano y tu puedan tener un mejor futuro. —Yael respiró hondo. —Mamá, no sé qué hacer, —admitió. Su madre la abrazó. —Confío en ti, hija. Toma tu tiempo y reflexiona. 

Yael se retiró a su habitación, buscando claridad. Miró su reflejo en el espejo. —¿Qué quiero realmente?, —se preguntó. Su corazón respondió: —Quiero estar con Charles. Pero su mente respondió: —Pero ¿A qué costo?

Charles se sentó en su habitación, pensando en Yael

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Charles se sentó en su habitación, pensando en Yael. —¿Por qué me siento así?, —se preguntó. Nunca había sentido algo tan fuerte por alguien. Pensó en Charlotte, su "novia". —¿Puedo realmente formalizar con ella si mi corazón pertenece a Yael?, —se cuestionó. Debo hablar con Yael, —decidió. Necesitaba saber qué sentía ella. Y si había una posibilidad de estar juntos. Sonó su teléfono. Era un mensaje de Charlotte. "¿Dónde estás? Te necesito". —Charles suspiró. —¿Qué le digo?, —se preguntó.

La familia de Charlotte era clave en su éxito como piloto de Fórmula 1. Su padre, un influyente empresario, había invertido mucho en su equipo cuando el padre de Charles murió. Si rompía con Charlotte, estaba seguro que perdería el apoyo financiero y político. —¿Es el amor más importante que mi futuro?, —se cuestionó. Charles siempre había creído que el éxito era lo más importante. Pero ahora, con Yael en su vida, todo había cambiado. —¿Puedo realmente renunciar a mi pasión por Yael?, —se preguntó. Se levantó y se acercó a la ventana, mirando hacia afuera. La ciudad parecía vacía y gris sin Yael. —¿Qué es el éxito sin amor?, —se preguntó. La respuesta era clara: Nada. Pero el miedo a perderlo todo lo detenía.

Charles se reunió con Yael en un café tranquilo

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Charles se reunió con Yael en un café tranquilo. —Yael, necesito hablar contigo, —dijo, su voz llena de emoción. Yael lo miró con curiosidad. —¿Qué pasa, Charles?, —preguntó. Charles respiró hondo. —Sobre Charlotte... hay algo que debes saber, —comenzó. —Mi carrera como piloto de Fórmula 1 está ligada a su familia. Su padre es un inversor clave en mi equipo. —Yael se sorprendió. —No sabía, —dijo. Charles continuó. —Si rompo con Charlotte, pierdo el apoyo financiero y político. Mi carrera se vería afectada. —Yael lo miró con comprensión. —Entiendo, —dijo. Charles se sintió aliviado. —Quiero resolver esto, Yael, —dijo. —No quiero alejarme de ti, pero necesito tiempo. —Yael asintió. —Estoy dispuesta a esperar, —dijo. —Pero debes prometerme que lucharás por nosotros. —Charles sonrió. —Lo prometo, —dijo. 

Yael se acercó y lo besó suavemente. —Confío en ti, —dijo. Charles se sintió renovado. Sabía que tenía una oportunidad de hacer las cosas bien. Decidieron mantener su relación en secreto. —Solo Arthur sabrá, —dijo Yael. —Y solo mi mejor amigo, Joris, —agregó Charles. Ambos sabían que era un riesgo, pero no podían evitarse. —Estoy dispuesto a arriesgarme por ti, —dijo Charles. —Yael sonrió. —Yo también por ti, —respondió. 

Comenzaron a verse en secreto, siempre con cuidado. Cena en restaurantes escondidos, paseos por parques solitarios. Su amor crecía con cada momento juntos. Arthur se convirtió en su cómplice. —Estoy feliz por ti, pero espero sepas lo que estas haciendo Yael, —dijo. —Charles es un bueno pero las cosas no son tan fáciles ... , —dijo. Joris, el amigo de Charles, también se enteró. —Estoy contigo, amigo, —dijo. Pero la tensión aumentaba. 

¿Qué pasaría si Charlotte se enteraba?¿Qué pasaría si alguien los descubría?La relación secreta los mantenía en vilo.


εїз┊Chio┊εїз

Me ayudaria bastante si votan y comentan :) tambien si pueden ver las faltas ortográficas.

Gracias :)

Broken SoulmatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora