☆┊┊Secretos Revelados┊┊☆

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Ana decidió investigar sobre Charles y Yael. Quería entender qué estaba pasando entre ellos y por qué Yael parecía tan incómoda en su presencia. Comenzó a hacer preguntas discretas a los empleados del casino, pero nadie parecía saber nada. Frustrada, Ana decidió hablar con Lando.

— Lando, necesito hablar contigo sobre Charles y Yael, —dijo Ana, mientras caminaban por el pasillo. Lando se detuvo y la miró con curiosidad. —¿Qué pasa?, —preguntó. —Vi a Charles y Yael hablando en el bar, —explicó Ana. —Yael parecía incómoda y Charles estaba siendo muy insistente. —Lando frunció el ceño. —No sé qué pasa entre ellos, —dijo. —Pero sé que Charles ha estado actuando raro desde que Yael me conoció. —Ana asintió. —Creo que hay algo más, —dijo. —Algo que no querían que nadie supiera. —Lando se encogió de hombros. —No sé qué es, —repitió. —Pero si quieres saber más, deberías hablar con Charlotte. —Ana se sorprendió. —¿Charlotte?, —preguntó. Lando se rió. —Charlotte y Charles regresaron una vez mas, explicó. —Y Charlotte siempre ha sido muy protectora y celosa con Charles. —Ana entendió. —Entonces, si quiero saber más sobre Charles y Yael, debo hablar con Charlotte, —dijo. Lando asintió. —Sí, pero ten cuidado, —advirtió. —Charlotte puede ser... difícil. 

Ana se sentó con Charlotte en el salón privado del casino, decidida a obtener respuestas. —Charlotte, necesito saber qué pasa entre Charles y Yael, —dijo Ana. Charlotte suspiró y se recostó en su silla. —Sospecho que Charles tuvo algo con Yael durante las vacaciones, —explicó. —Cuando me fui con mi familia a esquiar, Charles se quedó aquí. Y cuando regresé, él estaba actuando de manera extraña. —Ana se sorprendió. —¿Y crees que Yael fue la causa?, —preguntó. Charlotte asintió. —Sí, estoy segura, —dijo. —Yael apareció aquí poco después, y Charles comenzó a actuar de manera posesiva hacia ella. Es como si la considerara suya. —Ana entendió la tensión entre Yael y Charles. —Entiendo, —dijo. —Pero ¿Por qué no hablaste con Charles al respecto? —Charlotte se encogió de hombros. —No lo se, lo nuestro es complicado. —dijo. —Pero ahora veo que debí haberlo hecho. 

Esa misma noche, en el evento de gala del casino, Yael se acercó a Charlotte con una bandeja de copas de champagne

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Esa misma noche, en el evento de gala del casino, Yael se acercó a Charlotte con una bandeja de copas de champagne. Pero en lugar de levantar una copa, tiro la bandeja que resbaló y cayó sobre Yael. —Oh, lo siento mucho, —dijo Charlotte, fingiendo sorpresa. —¿Estás bien? —Yael se levantó, su uniforme manchado de champagne. —Sí, estoy bien, —respondió, intentando mantener la calma. 

Charlotte se disculpó de nuevo, esta vez con una sonrisa falsa. —Lo siento mucho, Yael. ¿Puedo ayudarte a limpiar eso? —Ana observó la escena, sabiendo que Charlotte había hecho eso a propósito. Pero Yael no parecía darse cuenta. Ana llevó a Yael a un salón apartado, lejos del bullicio del evento. —Siéntate, —dijo Ana, ofreciéndole una silla. —Tengo ropa de repuesto aquí. Puedes cambiarte. —Yael se sentó, agradecida. —Gracias, Ana, —dijo. —Lo siento mucho. No sé qué pasó. —Ana sonrió. —No te preocupes, —dijo. —Ya entiendo un poco la situación que tienes con Charles. —Yael la miró, sorprendida. —¿Qué sabes?, —preguntó. Ana se sentó junto a ella. —Sé que Charles te gusta, —dijo. —Y que Charlotte no te quiere cerca de él. —Yael se quebró, lágrimas llenando sus ojos. —Es más complicado que eso, —dijo, sollozando. —Charles y yo... nos conocimos antes. En las vacaciones. Y pasó algo entre nosotros. —Ana la abrazó. —Cuéntame, —dijo. —Estoy aquí para escucharte. —Yael respiró hondo y comenzó a contar su historia. —Nos conocimos en una fiesta, —dijo. —Y Charles fue tan amable. Me sentí atraída hacia él. Y... y pasamos la noche juntos. —Ana escuchó atentamente, sin juzgar. —¿Y luego qué pasó?, —preguntó. Yael se secó las lágrimas. —Charles termino conmigo cuando acabaron las vacaciones, —dijo. —Y no supe nada de él hasta que conocí a Lando. Y entonces vi que aun seguía con Charlotte... y que su carrera era mas importante. —Ana entendió la situación. —Y ahora Charles te busca, —dijo. —Y Charlotte te odia. Yael asintió. —Sí, —dijo. —Y no sé qué hacer. Me siento atrapada. —Ana la abrazó de nuevo. —No estás sola, —dijo. —Estoy aquí para ti. Y juntas encontraremos una solución. 

Ana se quedó en shock al descubrir que Yael recién iba a cumplir 18 años. —Yael, ¿Cómo pudiste tener una relación con Charles?, —preguntó Ana, preocupada. Yael se ruborizó. —No era una relación oficial, —dijo. —Pero... sí, nos conocimos en las vacaciones y... pasó algo entre nosotros. —Ana se sintió enfadada y decidió proteger a Yael. —Voy a hablar con Charles, —dijo. —Esto no puede seguir así. —Yael se asustó. —No, Ana, por favor, —dijo. —No quiero problemas. 

Pero Ana ya había tomado la decisión. Se dirigió a la sala principal, buscando a Charles. Lo encontró en el bar, sonriendo y charlando con los invitados. —Charles, necesito hablar contigo, —dijo Ana, su voz firme. Charles se sorprendió. —¿Qué pasa, Ana?, —preguntó. Ana lo llevó a un lado. —Se trata de Yael, —dijo. —Tengo que saber qué pasa entre ustedes dos. —Charles se puso nervioso. —No sé de qué hablas, —dijo. Ana lo miró con enfado. —No mientas, —dijo. —Sé que pasó algo entre ustedes en las vacaciones. —Charles se quedó callado, sabiendo que Ana ya sabía la verdad. —Me enamoré de Yael, —confesó. —Perdidamente. No puedo alejarme de ella, pese a que lo intento. —Ana lo miró con sorpresa. —¿Y qué hay de Charlotte?, —preguntó. Charles se encogió de hombros. —Charlotte es... lo nuestro es complicado, —dijo. —Su familia es mi principal patrocinador en la Fórmula 1. Si dejo a Charlotte por Yael, perderé todo lo que he logrado. —Ana entendió la situación. —Entonces, estás atrapado entre tu corazón y tu carrera, —dijo. Charles asintió. —Sí, —dijo. —Yael es la primera persona que me ha hecho sentir algo real en mucho tiempo. Pero dejar a Charlotte sería el fin de mi carrera. —Ana se sintió dividida. —¿Y qué hay de Yael?, —preguntó. —¿No merece saber la verdad? —Charles se miró las manos. —No sé qué hacer, —dijo. —No quiero lastimar a Yael, pero tampoco puedo dejar de pensar en ella. Ana se levantó. —Tienes que tomar una decisión, Charles, —dijo. —No puedes seguir jugando con los sentimientos de Yael y Charlotte. Es hora de elegir.

Broken SoulmatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora