Fire on fire [DxH]

007.

capítulo siete:finalmente

Otro día, Daemon se encontraba oculto entre las sombras de la fortaleza, observando en silencio cómo los sirvientes cargaban los carruajes con las pertenencias de Helaena y sus hijos. Sus ojos seguían cada movimiento, sus manos cruzadas tras su espalda mientras suspiraba frustrado. La escena ante él lo incomodaba más de lo que quería admitir.

Mientras los carruajes se llenaban, el cielo sobre la fortaleza se llenó con el imponente vuelo de Dreamfyre, el dragón de Helaena, que surcaba los cielos con elegancia y poder, sus alas proyectando sombras sobre las piedras antiguas. El rugido lejano del dragón resonó por los alrededores, haciéndole sentir el peso de la situación. Helaena se iba, y con ella, una parte de la familia que a él le importaba profundamente, aunque nunca lo diría en voz alta.

Daemon apretó los puños, sus ojos aún fijos en la caravana que se preparaba para partir. Sabía que era el deber de Helaena buscar su paz y la de sus hijos, pero el hecho de que Sir Ivar estuviera a su lado solo hacía que la partida fuera más amarga para él. Dreamfyre surcando el cielo le recordaba lo lejos que estaba quedando todo lo que él valoraba, y que, a pesar de su poder y su voluntad, había cosas que no podía controlar.

Con un último suspiro, Daemon dio media vuelta, desapareciendo de nuevo en las profundidades de la fortaleza. Tendría que aceptar, al menos por ahora, que Helaena tomara su propio camino, aunque la frustración continuara ardiendo dentro de él.

De pronto, una chispa cruzó por la mente de Daemon, haciendo que detuviera su paso. Una sonrisa astuta se formó en sus labios mientras la idea se materializaba en su cabeza: se colaría en el viaje.

Conocía bien las rutas, los caminos que Helaena y los niños seguirían hacia Summerhall, y si jugaba bien sus cartas, podría seguirlos sin ser detectado. No permitiría que Sir Ivar fuera la única protección de su sobrina y sus hijos. No confiaría la seguridad de ellos a otro, y mucho menos a alguien que le desagradaba tanto.

Daemon se movió con decisión, regresando a la fortaleza para prepararse. Si iba a hacerlo, necesitaría actuar con cuidado, evitando que lo notaran. Ya sabía que Dreamfyre surcaría los cielos, lo que le daría la cobertura perfecta para mantenerse fuera de la vista.