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Me has regalado una noche, vida me has conferido.

Cierren las puertas del Edén,

no persigo eterno reposo sino sobre tu pecho,

o surcando tus caderas con ternura.


Si no recorrió tu piel, amor, con pasión, con enojo y delirio,

con la mezcla de nostalgia y angustia que ningún otro cielo abarcaría,

ningún dios que aquel cuarto resguardado.

Permíteme vivir una vez más,

me ahogo solo al pensar que soy insignificante para ti.


Creí que comprenderías cuando reías y yo besaba tu espalda,

y si así fue y no pediste que me quedara para siempre,

me iría, desarmada para seguir adelante.


No quiero, no me fuerces, mi amor,

A dibujar siluetas, palabras de amor,

A otro amor, otro intento de ser al menos un poco de ti, de nosotras.

Lo sabemos y nos aburre.

Nos aburre decirlo porque lo sientes, yo lo siento,

cuando mis labios encuentran los tuyos o recorren tu cuerpo y me sientes.


Palabras aburridas, insuficientes, no sirven,

me desespero, no hallo sueño, no quiero.

Has robado mi paz.

No puedo explicarlo, aunque lo intente,

solo deseo desvanecerme en ti.


permitir que lo cotidiano, lo terrenal, lo mundano nos abrace,

y reír de aquellos que lo tienen y no aprecian la belleza.

Merecemos amor, lo sabes,

que la vida nos devuelva todo lo robado.

MarchitasWhere stories live. Discover now