capitulo 21

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Habían pasado algunos días desde que Eddie y Sophia habían comenzado su relación. Ambos estaban felices, pero decidieron mantenerla en secreto por un tiempo. Las cosas en la estación 118 no estaban en su mejor momento con la denuncia que Buck había hecho, aunque este ya la había retirado. Además, Eddie estaba preocupado por cómo Chris se tomaría la noticia, así que acordaron que en público serían amigos y, en privado, novios.

Esos días, cuando estaban solos, no se despegaban ni un segundo. Cocinaban juntos, miraban la tele y, por supuesto, se besaban sin parar. Todo fluía naturalmente entre ellos, pero sabían que debían ser discretos.

Ese día, se llevaría a cabo la compra de la estación 118, y Bobby había invitado a Sophia, como el año anterior. Sophia aceptó encantada. Cuando llegó en su auto al supermercado, ya todos los de la 118 estaban allí. Se acercó a Bobby y lo abrazó.

—Y este año, por segunda vez consecutiva, tenemos a Sophia como invitada —anunció Bobby con una sonrisa—. Lo cual es de mucha ayuda, porque su profesión, la hace muy organizada y nos asegura que no olvidemos nada.

Sophia rió y Bobby añadió:

—Bien, puedes unirte al grupo que quieras. Están Chim y Hen, Eddie y Lena... O puedes quedarte conmigo, o ir cambiando de grupo, como quieras.

Sophia fingió que lo pensaba por un momento, lanzando una mirada a Eddie, y dijo con una sonrisa:

—Iré con Eddie y Lena.

Eddie sonrió para sus adentros, sabiendo que Sophia sentía ciertos celos de Lena, aunque lo disimulara.

Bobby aceptó la decisión y todos entraron a hacer las compras. Sophia, Eddie y Lena iban lanzando productos al carrito, conversando sobre todo un poco. Eddie contaba que le habían retirado los cargos por el accidente que tuvo, y Sophia rodaba los ojos cada vez que Lena la ignoraba, como si no existiera.

Sophia, con su carrito extra, comenzó a tirar chocolates y comida chatarra. Lena la miró con desaprobación y le dijo:

—Hey, eso no es lo que tenemos que llevar. No creo que al capitán le guste que hagas lo que quieras. Se supone que viniste a ayudar.

Al escuchar esto, Sophia se dio vuelta lentamente. Eddie cerró los ojos porque sabía que esa mirada en Sophia significaba una sola cosa: peligro.

—Ay, perdón, Lena —comenzó Sophia con un tono dulce pero sarcástico—. Mi nombre es Sophia, por si no lo recuerdas. Y, ehm, como eres nueva, no sabes mucho, porque no he ido a comer a la estación porque estuve en reposo. Soy como la hija de Bobby y Athena, por lo tanto, puedo comprar estas cosas y te aseguro que Bobby no se va a enojar, es más, hasta las pagaría. Pero, por si no lo notaste, tengo un carrito extra porque son compras para mí. Las voy a pagar yo, ya sabes... mantener a Chris y a Eddie es difícil, pero me encanta.

Lena la miró con una mezcla de sorpresa y confusión.

—Pensé que solo la cuidarías hasta que se recuperaras —dijo Lena, algo desconcertada—. Y parece que ya estás bien.

Sophia sonrió, viendo que Lena seguía sin entender del todo.

—Pues me acostumbré a ellos, así que quizás les pida que se queden conmigo. Creo que a Eddie le gusta la idea.

Ambas miraron a Eddie, quien sonrió y asintió.

—Sí, Lena, hemos estado hablando y los tres estamos bien viviendo juntos, así que quizás sigamos así por un tiempo. Pero no es algo en lo que deberías meterte.

Lena lo miró, sorprendida.

—Wow... Me dejas sin palabras, Eddie —respondió, y avanzó con las compras, visiblemente incómoda.

Entre Llamas y Destinos (Eddie Diaz)(911)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora