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Remus sabía lo que sentía, estaba cien por ciento seguro que amaba a ese rubio de ojos plateados, amaba a Lucius Malfoy, aquella noche en la cacería lo persiguió, no recordaba mucho a decir verdad, solo que empezó a perseguir a Lucius, deseaba a ese omega, con su alma y hoy tuvo la oportunidad de tenerlo, lo encontró por los pasillos solo y simplemente aprovechó, lo había besado y su amado omega no se había resistido, mierda! era el mejor día de su vida, juró que en la próxima cacería lo atraparía como sea.

Remus Lupin sabía, sin lugar a dudas, que su corazón pertenecía a Lucius Malfoy. El rubio de ojos plateados lo había cautivado desde el primer momento en que lo vio, pero esa noche de cacería había cambiado todo. Aunque los detalles eran vagos, la imagen de Lucius corriendo, su cabello ondeando a su paso, estaba grabada en su mente. Deseaba a ese omega con todo su ser, y el anhelo había crecido como una llama en su interior.

Después de que la cacería concluyó, Remus se aventuró solo por los pasillos del castillo, el eco de sus pasos resonando en la soledad. Era una noche tranquila, y el silencio le permitía escuchar el latido de su propio corazón, que parecía cada vez más fuerte con cada paso que daba. Fue entonces cuando lo vio: Lucius, apoyado contra la pared, con una expresión que mezclaba sorpresa y curiosidad.

—Remus —dijo Lucius, su voz suave y melodiosa.

Sin pensar, Remus se acercó, el mundo a su alrededor desvaneciéndose. La atracción entre ellos era palpable, como si la tensión del aire estuviera cargada de posibilidades. En un impulso, tomó el rostro de Lucius entre sus manos y lo besó. Fue un acto espontáneo, pero lleno de una pasión reprimida durante tanto tiempo.

El beso fue electrizante. Remus sintió cómo el calor se desbordaba entre ellos, cómo Lucius respondía con un susurro de deseo. No había resistencia, solo entrega. La suavidad de los labios de Lucius se mezclaba con la intensidad de su necesidad, y Remus sintió que se derretía bajo ese toque. Era el mejor día de su vida.

Cuando se separaron, ambos respiraban entrecortadamente, con los rostros iluminados por una mezcla de sorpresa y felicidad.

—No sabía que sentías esto —murmuró Lucius, su mirada intensamente fija en la de Remus.

—He estado esperando el momento —admitió Remus, su corazón latiendo con fuerza. —Te deseo, Lucius. Más de lo que puedes imaginar.

Lucius sonrió, una chispa de complicidad en sus ojos. Era un momento que ambos sabían que cambiaría todo.

—En la próxima cacería —dijo Remus con determinación—, te atraparé. No te dejaré escapar.

—Me gusta eso —respondió Lucius, su voz cargada de desafío y emoción.

Sin poder resistirse, Remus volvió a acercarse y lo besó otra vez. Este beso fue más profundo, más desesperado, como si intentaran atrapar cada segundo, cada sentimiento que compartían. Las manos de Lucius se deslizaron por los brazos de Remus, mientras este lo atraía más cerca, como si temiera que alguien pudiera interrumpir ese momento perfecto.

Se separaron, sus respiraciones entrelazadas, y ambos sabían que lo que acababa de suceder era solo el comienzo.

—Prometo que en la próxima cacería, no habrá escapatorias —dijo Remus, sonriendo.

Lucius lo miró con una mezcla de deseo y determinación.

—No puedo esperar a ver qué tienes planeado.

Con un último intercambio de miradas, ambos se dieron la vuelta, sabiendo que esa noche había sellado un pacto de amor y aventura. El futuro era incierto, pero Remus estaba decidido a luchar por lo que sentía. Y mientras caminaba de regreso, una sonrisa se dibujó en su rostro; había encontrado algo verdadero, y estaba listo para enfrentar cualquier desafío que viniera, todo por el amor de Lucius Malfoy.

Noche de cacería en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora