I've loved you for so long

FROM THE START

Form the start - Laufey

𝒹𝑜𝓃'𝓉 𝓎𝑜𝓊 𝓃𝑜𝓉𝒾𝒸𝑒 𝒽𝑜𝓌 𝒾 𝑔𝑒𝓉 𝓆𝓊𝒾𝑒𝓉 𝓌𝒽𝑒𝓃 𝓉𝒽𝑒𝓇𝑒'𝓈 𝓃𝑜 𝑜𝓃𝑒 𝑒𝓁𝓈𝑒 𝒶𝓇𝑜𝓊𝓃𝒹? 𝓂𝑒 𝒶𝓃𝒹 𝓎𝑜𝓊 𝒶𝓃𝒹 𝒶𝓌𝓀𝓌𝒶𝓇𝒹 𝓈𝒾𝓁𝑒𝓃𝒸𝑒 𝒹𝑜𝓃'𝓉 𝓎𝑜𝓊 𝒹𝒶𝓇𝑒 𝓁𝑜𝑜𝓀 𝒶𝓉 𝓂𝑒 𝓉𝒽𝒶𝓉 𝓌𝒶𝓎 𝒾 𝒹𝑜𝓃'𝓉 𝓃𝑒𝑒𝒹 𝓇𝑒𝓂𝒾𝓃𝒹𝑒𝓇𝓈 𝑜𝒻 𝒽𝑜𝓌 𝓎𝑜𝓊 𝒹𝑜𝓃'𝓉 𝒻𝑒𝑒𝓁 𝓉𝒽𝑒 𝓈𝒶𝓂𝑒

°❀°

Kate y yo llevábamos semanas conociéndonos aún más, iba a nuestra casa a jugar Mario Kart o a tocar con mis hermanas y conmigo, nos estaba ayudando con nuestra musica nueva y realmente estábamos teniendo una conexión... distinta.
De repente salíamos, iba a su casa a jugar con Sophia, a platicar con su madre y bueno, nuestra relación había mejorado muchísimo, éramos buenas amigas. Amigas. Solo eso. Amigas.
Nos contábamos nuestros sueños, lo que hacíamos durante el día, me hablaba sobre su vida en Doncaster y en fin, me encantaba poder compartir momentos y mi vida con ella, aunque no de la forma que me gustaría.

Me había abierto con ella de una forma en la que jamás me había abierto con nadie, le compartí mi lado más vulnerable y ella me contó el suyo, platicó conmigo sobre la violencia que recibía por parte de su padre y de todo lo que vivió con él. Sentí un nudo en el pecho al escucharla, me sentía impotente al ver cómo sus ojos se llenaban de una tristeza tan profunda. Quise abrazarla, decirle que todo estaría bien, que yo estaba ahí para ella. Y aunque lo hice, aunque me acerqué y le dije esas palabras, por dentro me dolía no poder darle más. No poder ser esa persona que la hiciera olvidar el dolor.

A veces, después de pasar el día juntas, me quedaba pensando en cómo sería si las cosas fueran distintas. Si ella me viera de la misma forma en que yo la veía a ella. Pero luego me recordaba que no debía. "Amigas", me repetía. Solo amigas.

Me dolía verla con Hanna, es imposible no notar cómo Kate cambiaba cuando estaba con ella. Su sonrisa era más brillante, sus ojos se llenaban de una chispa especial. Y eso dolía. Era como si todo lo que habíamos construido, cada momento compartido, se desvaneciera cada vez que las veía juntas.

No podía odiar a Hanna, sería injusto. Después de todo, no era su culpa. Pero cada vez que las veía tomarse de la mano o intercambiar miradas, sentía que algo dentro de mí se rompía un poco más. Trataba de ignorarlo, de fingir que no me afectaba, pero la verdad era que me estaba desgastando. A veces incluso evitaba verlas, me inventaba excusas para no salir con Kate o no ir a su casa. Pero el destino siempre parecía ponerlas frente a mí.

Lo peor era que Kate no se daba cuenta. Seguía hablándome como si todo estuviera bien, como si no hubiera una grieta creciendo entre nosotras. Y yo seguía sonriendo, escuchándola hablar de Hanna, fingiendo que todo estaba bien. Que yo estaba bien.

Pero no lo estaba.

⋆☆⋆

Después de comer con la familia Villarreal, acompañé a Paulina a la Warning Cave, su cuarto de ensayo. Nos quedamos allí en lo que sus hermanas terminaban de comer. El ambiente estaba relajado, pero algo seguía en el aire, algo que no podía ignorar.

— Deberías tocar algo en el piano.— Dije mirando a Paulina, rompiendo el silencio.

— ¿Quieres que toque algo en especial?— Paulina me miró, levantando una ceja con curiosidad.

— Lo que quieras.— Le respondí tratando de sonar calmada, aunque por dentro, moría por escucharla tocar.

Vi como Paulina tomaba asiento en el banquito del teclado y descansó sus dedos sobre las teclas aún sin tocar nada, su rostro estaba concentrado y parecía estar pensando en que canción tocar. Yo me acerqué y jalé un asiento para ponerme a un lado de ella. La observaba de reojo, sabía que algo había cambiado entre nosotras, desde que platicamos de nosotras derrumbando aquel muro que teníamos en nuestra relación, algo estaba diferente, algo que no podía poner en palabras.