JAR OF HEARTS

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Jar of hearts - Christina Perri

𝓌𝒽𝑜 𝒹𝑜 𝓎𝑜𝓊 𝓉𝒽𝒾𝓃𝓀 𝓎𝑜𝓊 𝒶𝓇𝑒? 𝓇𝓊𝓃𝓃𝒾𝓃' '𝓇𝑜𝓊𝓃𝒹 𝓁𝑒𝒶𝓋𝒾𝓃𝑔 𝓈𝒸𝒶𝓇𝓈

⋆☆⋆

—Kate, Kate —escuché la voz de Alex detrás de mí, pero no pude detenerme. No pude girar. Las lágrimas comenzaron a caer sin control, haciéndome sentir expuesta, humillada. Todo lo que quería era desaparecer.

—Tranquila... —dijo Alex, pero sus palabras parecían lejanas, distantes.

Me dejé caer en sus brazos, aferrándome a ella como si fuera mi única ancla en ese momento de caos. La abracé con fuerza, sintiendo cómo mi cuerpo temblaba bajo el peso de todas esas emociones que había estado intentando reprimir.

—Vámonos de aquí —dije entre lágrimas, sabiendo que no podía quedarme un segundo más en ese lugar.

Alex me sostuvo con fuerza, sus manos firmes sobre mis hombros mientras trataba de calmarme. Podía sentir su preocupación, pero no tenía las fuerzas para hablar. Mi mente seguía enredada en esa conversación con Paulina, en las palabras que me había lanzado sin piedad, y en cómo todo lo que había intentado enterrar sobre mi pasado había salido a la superficie con tanta facilidad. ¿Cómo había llegado a esto? ¿Cómo alguien que alguna vez fue mi amiga se había convertido en alguien capaz de herirme de esa manera?

—Vamos, Kate. Respira conmigo —dijo Alex, su voz suave pero firme. Ella sabía lo que estaba pasando. Sabía lo que las palabras de Paulina habían desencadenado en mí. Intentaba sacarme de ese hoyo de oscuridad en el que había caído, pero me costaba salir.

Cerré los ojos, tratando de concentrarme en el ritmo de mi respiración, como Alex me indicaba. Inhalé, pero el aire apenas parecía llenar mis pulmones, sentía una presión en el pecho y comenzaba a dejar de sentir mis manos. Todo a mi alrededor se sentía borroso, como si estuviera alejándome de todo. El eco de la música seguía escuchándose a pesar de que estuviéramos en el jardín, pero ya no tenía sentido para mí. Las voces, las risas... todo parecía un ruido lejano, irrelevante.

—No puedo... —susurré, sintiendo las lágrimas volver a mis ojos.

—Sí puedes, Kate. Ya pasó, no estás sola. Estoy aquí —respondió ella, y su tono tranquilo me daba una pizca de esperanza.— El no está aquí... tú padre no vendrá.

Pero la verdad era que sí me sentía sola. No solo por Paulina y sus crueles palabras, sino por todo lo que había estado acumulando en mi interior durante tanto tiempo. Mi padre, su abuso emocional, las cicatrices que había dejado en mí. Todo eso seguía siendo una parte de mí, y ahora Paulina lo había traído de vuelta con una sola frase.

—¿Por qué me dijo eso? —pregunté finalmente, mi voz rota, buscando respuestas donde sabía que no las había. Alex no respondió de inmediato, solo me miró con tristeza, como si tampoco entendiera por qué alguien podía ser tan cruel.

—No sé, Kate —dijo finalmente, con un suspiro pesado—. Pero lo que dijo no es verdad, ¿me oyes? No es verdad, tú no te merecías eso.

Me aferré a esas palabras, intentando que me consolaran, pero el dolor seguía allí, pulsando como una herida abierta. En ese momento, no podía creer que Paulina realmente hubiera dicho algo así, algo tan bajo. Sabía que ella estaba dolida, sabía que había pasado por mucho, pero nada de eso justificaba lo que me había dicho.

— ¡Kate! ¡Alex!— Escuché la voz de Ale a lo lejos mientras se acercaba a nosotras corriendo.— ¿Kate, cómo estás?

—¿Cómo está? Por Dios Ale, ¿Cómo crees que está después de lo que le dijo Paulina? ¿Qué le pasa?— Preguntó Alex a Ale con un tono molesto.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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