El sonido de unos pasos resonó detrás de Zavian, cada golpe contra el suelo parecía amplificarse en su mente. A pesar de que intentaba no mostrar ni una pizca de miedo, su corazón latía con fuerza. Se obligó a mantener la calma, enderezando la espalda y adoptando una postura despreocupada, como si estuviera absorto en sus pensamientos. Sabía que cualquier señal de debilidad podría atraer la atención no deseada de las personas que lo rodeaban.
—Espero que sea importante— Exclamó la voz femenina, tan amenazadora de la vez anterior. Esta vez, apenas se mostraba en cuerpo completo, hablando desde la espalda del Uchiha.
Suspirando con un rostro de poco expresivo, Zavian mantuvo los brazos cruzados, evitando darse vuelta para indicar la posición de la mujer. Sabía que mostrar desdén era una forma de mantener el control, y aunque su corazón latía con fuerza, su exterior debía reflejar confianza.
—El Avatar llegó a la ciudad— Notificó Zavian, bajando la voz para asegurarse de que solo la mujer que tenía detrás de él pudiera escuchar. Su mirada se movía constantemente alrededor, escaneando el bullicio de la plaza, atento a cualquier signo de que alguien pudiera estar prestando atención a su conversación.
—Acércate a ella y a todos los que le rodean, haz que crea que eres su amigo o lo que consideres que sea necesario— Fue la única respuesta que la mujer dio ante la nueva información, dejando el lugar en una cortina de humo que se disipó con rapidez, como si nunca hubiera estado allí.
El suspiro de Zavian, dejaba más que claro que esta tarea le parecía tediosa. Negó para sí mismo la idea de manipular a alguien; no era su estilo, y esa clase de juegos mentales siempre le resultaban incómodos. Sin embargo, el temblor de su pierna, que apenas podía controlar, le dejaba más que claro que su prioridad era sobrevivir y, si eso significaba acercarse al Avatar y ganarse su confianza, lo haría.
—Bien, comencemos liberándola de la jefa Lin— Pensaba Zavian, con las manos cruzadas detrás de su cabeza mientras caminaba hacia la central.
La interrupción del Uchiha, llamaría la atención de los presentes en el interrogatorio de la maestra de los cuatro elementos.
—Jefa, estoy seguro de que el Avatar no quiso causar tantos daños, solo intentó detener a esos rufianes— exclamó Zavian, tratando de ayudar a Korra, quien lo miraba con una mezcla de gratitud y aprehensión. Sabía que su intervención había sido arriesgada, pero sentía que era necesario defenderla.
—Hizo más daño del que podrían hacer esos maleantes. La destrucción que dejó a su paso es inaceptable, y no permitiremos que eso continúe— Negó Lin, su tono firme y su mirada incisiva.
—Eso no podemos afirmarlo, debido a que ella no dejó que sucediera. El grupo de maleantes que detuvo era muy peligroso y no hubieran dudado en quemar todo el lugar. Korra actuó en defensa de la gente, y aunque los resultados no fueron ideales, su intención fue proteger a los inocentes— Interrumpió Zavian, sintiendo que era crucial hacer valer su punto.
El silencio y la mirada de Lin, dejaba en claro que se encontraba pensando, no entendiendo por qué el Uchiha intentaba proteger al Avatar y sus acciones, aunque sería la llegada de un hombre mayor, que se veía muy molesto con Korra, mientras trataba de ayudarla de salir de su problema.
—De acuerdo, aunque Zavian vigilará al Avatar— Aceptó Lin, liberando a Korra de la presión inmediata, pero imponiendo una condición que dejaba claro que aún tenía reservas. Con un gesto firme, Lin mostró que estaba dispuesta a darle una oportunidad a Korra, pero no sin una supervisión adecuada.
Cualquiera esperaría que la maestra de los cuatro elementos se negara rotundamente a la idea de que el Uchiha la vigilara, sin embargo, no hubo denegación alguna por parte de esta, incluso luego de llegar a la isla donde Tenzin vivía junto con su familia.
—Korra, puedes entrar, ¿qué necesitas?— Cuestionó Zavian, con una sonrisa que intentaba alentarla a dar el paso. Su tono era amigable y comprensivo.
La actitud del Uchiha era muy tranquila, incluso al punto que haría dudar a una persona que este fuera parte de la policía o siquiera pudiera mostrar una pisca de maldad, contra bastando fuertemente con la energía a menudo intensa de Korra.
—Durante nuestro enfrentamiento, mostraste movimientos muy buenos. Y me preguntaba si pudieras enseñarme— Pidió el Avatar, recordando su leve combate contra Zavian. La forma en que esquivó sus ataques y contraatacó con su fuego control, había sido impresionante y despertado en ella un deseo genuino de aprender.
—No soy buen maestro— Exclamó Zavian, con una sonrisa burlona en su rostro. Su tono tenía un matiz de autocrítica, como si estuviera reconociendo que, a pesar de su habilidad en combate, no era el mejor instructor del mundo. Sin embargo, no se estaba negando a ayudar.
Encontrándose en mitad de la noche, rodeados por la oscuridad y el silencio de la naturaleza, el Uchiha, elevó dos dedos, indicando que estaba listo para el combate. El gesto, aunque inusual, tenía un aire de confianza y determinación que Korra no pudo evitar notar. Sin embargo, su mente estaba tan enfocada en lo que venía que no le prestó principal atención a la peculiaridad del gesto.
—Solo podré instruirte en el fuego control, por lo que será lo único permitido en este combate de práctica, ¿entendido?— Mencionó Zavian, con una mirada seria, pero también llena de determinación. Era importante para él establecer límites claros, en especial si quería que Korra se enfocara en dominar ese elemento en particular.
—Básicamente, un Agni Kai, esto será emocionante— Afirmaba el Avatar, mostrando sus puños en señal de guardia. Su energía era contagiosa, y el entusiasmo brillaba en sus ojos mientras se preparaba para el desafío que tenía por delante.
Una lluvia de colores entre el rojo y azul sería lo que comenzaría, incluso desde la lejanía se podía ver esa inmensa luz que iluminaba la noche por momentos. Mientras en la distancia encima de la estatua del Avatar Aang, unos ojos rojos miraban de forma analítica.
-Aquí Zyra. Zavian, pronto comenzaremos con los preparativos del plan, aunque primero deberé asegurar un colaborador— Informaba la mujer del Sharingan, la cual luego de mostrar una leve sonrisa, enviaría un halcón con una nota mencionando la situación actual.
Cruzando el inmenso mar, en plena luz del día de la mañana siguiente, aquella ave llegaría a su destino: una aldea muy oculta entre las sombras de un profundo bosque. Donde sería, recibido por un grupo de guardias, los cuales tomarían la nota para comenzar a desencriptarla.
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Libro 1 El aire de un fuego azul (Avatar:Korra)
FanficTrabajando como un agente especial en ciudad republica. Zavian, es un chico tranquilo, amable y empático, pero dentro de su sombra guarda un oscuro secreto. (Este es el primer "libro" como en la serie original, por lo que este no será especialmente...