En medio de la nada, lejos del bullicio de la ciudad, Asami se encontraba sumida en la tranquilidad de un bosque denso y misterioso. A su alrededor, el aire fresco y puro envolvía cada rincón, creando una atmósfera de paz inigualable. Mientras exploraba, se dio cuenta de que había varias dianas dispuestas en un claro, lo que sugería que su maestro entrenaba ahí, quizás para practicar su puntería. Más allá, una majestuosa cascada caía con fuerza, sus aguas cristalinas brillando bajo la luz del sol que se filtraba entre las hojas. El entorno era sereno, casi mágico, y la única compañía que tenía además de la su maestro, eran algunos insectos que zumbaban suavemente, añadiendo un toque de vida a ese refugio solitario.
—Lo cierto es que no sé cómo entrenar correctamente, así que no tengo más opción que convertirte en una Kunoichi— Afirmaba Zavian, rascándose la cabeza en señal de frustración. Era consciente de que debía recurrir a un método que, aunque le era familiar, era la primera vez que lo implementaría en la práctica. Su mente, atrapada en la rutina, no lograba concebir nuevas formas de entrenamiento.
—¿Kunoichi?— Preguntó Asami, frunciendo el ceño mientras trataba de entender el término. Aunque le sonaba intrigante, no estaba del todo segura de lo que implicaba.
—Sí, una Kunoichi es una ninja femenina, especializada en técnicas de espionaje, combate y sigilo. Son astutas y versátiles, capaces de adaptarse a cualquier situación— Explicaba Zavian, sonriendo al ver que su alumna parecía admirar cada uno de los aspectos que había mencionado sobre lo que significaba ser una mujer ninja.
El rostro de Asami se tornó muy serio al pensar en su entrenamiento, su impacto inicial dio paso a una determinación profunda.
La emoción que la joven Sato había mostrado en su rostro se transformó con rapidez en un intenso dolor corporal. Al despertar en su cama al día siguiente, sintió como si cada músculo, todas sus extremidades, aunque fuera mínima, quisiera escaparse de su ser. El cansancio se apoderaba de ella, y el simple acto de levantarse se convirtió en un desafío monumental.
—Jefa Lin, ¿querías hablar conmigo?— Cuestionó el Uchiha, acercándose a su superior tras recibir el mensaje que indicaba que necesitaba su presencia en su despacho.
La comandante Lin, comenzaría a explicar todo lo que había sucedido durante la ausencia del Uchiha, esos últimos días.
—Entonces, los igualitarios planean atacar el torneo de Pro-Control— Diría Zavian, resumiendo todo lo que su jefa le notificó, mientras su mente procesaba los datos con rapidez.
—Necesito que vuelvas a recopilar información. Pero ahora la prioridad es cuidar a los aficionados y participantes — Exclamó Lin, su tono firme mientras se dirigía a Zavian.
Esa misma noche, todos se encontrarían en posición, vigilando a su alrededor por un posible ataque inesperado de los Igualitarios, como se esperaba. La atmósfera estaba cargada de tensión. Zavian se posicionó en un lugar estratégico, ocultándose en las sombras mientras observaba cada rincón del área.
—Parece ser que la información era correcta— Pensaba el Uchiha, avistando desde las sombras cómo el ataque de los igualitarios había comenzado. La escena era caótica: gritos, confusión y el sonido de la batalla resonaban en el aire. Sin embargo, lo que más llamó su atención fue la forma en que los atacantes estaban derrotando a sus compañeros y demás maestros involucrados.
El Uchiha frunció el ceño, percibiendo algo oculto en esta ofensiva. No podía actuar sin entender la situación. Sus ojos se fijaron en los guantes metálicos de los Igualitarios; no eran simples armas, sino dispositivos que paralizaban con descargas a cualquiera que se interpusiera.
—Luego me preocuparé de eso— Concluyó Zavian, tras haber llegado a una conclusión sobre aquellos guantes eléctricos. Era evidente que representaban una amenaza significativa, pero en ese momento, su prioridad era unirse a los combates y ayudar a sus compañeros a repeler el ataque.
Esquivando y contraatacando al instante, el Uchiha se anticipaba a sus enemigos con una precisión asombrosa. Su velocidad le permitía leer los movimientos de los atacantes antes de que estos siquiera los ejecutaran, lo que le daba una ventaja crucial en medio del caos. Cada golpe que lanzaba era, calculado y efectivo, noqueando a los Igualitarios al instante con facilidad, hasta al punto de llegar al centro del escenario de Pro-Control, donde el mismo líder de los Igualitarios se encontraba con sus súbditos a sus espaldas.
—Amon, tú y todos tus seguidores están, arrestados— Exclamó Zavian con un rostro de seriedad, su voz resonando con autoridad en medio del caos que los rodeaba. A pesar de la intensidad de la batalla, se mantenía sorprendentemente tranquilo, incluso frente a alguien como Amon, quien tenía el poder de quitarle su control sobre el fuego.
Posicionándose enfrente del Uchiha. Una de las reclutas enmascaradas que seguía al líder igualitarios estaba lista para atacar. Su postura era firme y decidida, el aura que emanaba era inmensa, totalmente diferente a los que ya había derrotado antes de llegar a ese punto. Cuando la chica se movió con gran velocidad, el sitio donde deberían estar sus ojos a través de la máscara brilló con un intenso color rojo.
Los movimientos de la Igualitarios eran, fluidos y calculados. Cada vez que Zavian intentaba atacar, ella se movía con una agilidad sorprendente, esquivando sus arremetidas con facilidad. Pero lo más desconcertante era que parecía jugar con él, devolviendo los golpes a una velocidad que no coincidía con lo que había mostrado antes. Era como si quisiera que él la esquivara.
—No puede ser, esto es un... ¡Tú eres...!— Exclamó el Uchiha, sus ojos ampliándose en incredulidad mientras notaba su entorno distorsionarse. La realidad misma se estaba retorciendo, y él se sentía atrapado en un sueño surrealista.
El ambiente a su alrededor se volvía borroso, como si estuviera viendo todo a través de una niebla espesa. Su cuerpo se sentía hecho de papel. Las extremidades comenzaron a arder, un dolor punzante que lo hizo gritar en medio de la confusión.
—Es tal y como la señorita Zyra dijo: "Mi hijo es un completo inútil" Un Uchiha que no puede usar su chakra, en verdad eres una basura— La voz retumbaba en el espacio irreal, llena de desprecio y burla. Era una voz familiar, una que resonaba en los rincones más oscuros de la mente del Uchiha, y al mirar hacia arriba, vio un ojo rojo reflejado en forma de luna en el cielo distorsionado.
En la realidad, el cuerpo de Zavian se encontraba de rodillas, gritando de un profundo dolor, como si ser, fuera desgarrado por dentro, hasta que su mente no pudo soportar más tiempo, perdiendo la conciencia en ese mismo instante.
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Libro 1 El aire de un fuego azul (Avatar:Korra)
FanficTrabajando como un agente especial en ciudad republica. Zavian, es un chico tranquilo, amable y empático, pero dentro de su sombra guarda un oscuro secreto. (Este es el primer "libro" como en la serie original, por lo que este no será especialmente...