Atravesando un bosque sombrío, la joven Sato abrió bien los ojos, atentos a cualquier señal, por sutil que fuera. Escudriñaba los movimientos de la hierba alta, observaba con detalle las pequeñas piedras y ramas quebradas en el suelo, tratando de discernir si algo en el entorno podría delatar la presencia de alguien más. Sin embargo, la tarea era ardua, ya que muchos de esos indicios podían ser simplemente efectos de la naturaleza, y distinguir lo relevante de lo casual requería toda su concentración y experiencia. La inquietud crecía con cada paso, pero Asami no podía permitirse el lujo de bajar la guardia.
-Estoy seguro de que madre no tiene pensado aún actuar directamente, ¿pero qué quieren conseguir con el Avatar?— Se preguntaba el Uchiha, albergando curiosidad sobre la idea que su progenitora y su clan tenían en mente.
En verdad exhausta, la joven Sato llegó finalmente a su destino. Al ver a su maestro a unos pasos de distancia, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios; el esfuerzo había valido la pena. Mientras intentaba recuperar el aliento, notó cómo el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, bañando el cielo con tonos cálidos de anaranjado y púrpura. Ese momento de paz le permitía sentir una profunda satisfacción por haber superado el desafío.
-¡Extraordinario progreso! Tu evolución en tan breve período me sorprende gratamente— Expresó Zavian mientras extendía una botella de agua cristalina hacia su pupila. Sus ojos brillaban con genuino orgullo al rememorar la notable transformación de las últimas semanas. La destreza y agudeza que ahora demostraba su estudiante contrastaba enormemente con sus primeros intentos, cuando apenas lograba captar las señales más básicas de su entorno. La satisfacción en el rostro del mentor era evidente, pues reconocía en cada gesto de su aprendiz el fruto de una dedicación incansable.
Tras la joven Sato, Mako, Bolin, Zavian y la jefa de policía Lin, un gélido ambiente les aguardaba. El viento helado azotaba sus rostros mientras avanzaban, la escarcha cubriendo el suelo y los árboles. El silencio, roto solo por el crujir de la nieve bajo sus pies y el silbido del viento, amplificaba la tensión del momento. La fría atmósfera parecía opresiva, un presagio de los desafíos que les esperaban en este lugar inhóspito. El contraste entre el frío exterior y el calor de la camaradería que compartían se hacía palpable. Cada uno sentía la responsabilidad sobre sus hombros, unidos por un objetivo común que los impulsaba a seguir adelante, desafiando la intemperie y lo desconocido.
—Increíble, pero la nieve debió haber cubierto todas las marcas. ¿Cómo lograste hacerlo?— Inquirió Mako, examinado al Avatar, quien, por su estado, parecía haber conseguido escapar de su captor.
—Cuando seguimos las huellas del vehículo, solo hay una trayectoria clara; no se puede conducir un auto por senderos imposibles— Argumentó Asami, asegurando que no fue difícil seguir un camino con la pura lógica.
La revelación de Korra que Tarrlok era un maestro de la sangre sumió la conversación en una atmósfera aún más densa de seriedad. Los rostros de los presentes se tornaron graves mientras consideraban las implicaciones de su regreso a la ciudad.
—La sangre control, es una habilidad excepcionalmente rara que se activa en algunos maestros agua bajo la luz de la luna llena. Sin embargo, por lo que Korra ha mencionado, parece que Tarrlok puede emplearla sin necesidad de este requisito— Repasaba Zavian, con un tono grave que resonaba en forma de advertencia.
Como era de esperarse, el maestro sangre no tardaría en escapar al enterarse de que era, buscado, pero el igualitario Amon, no parecen querer dejar a este libre, quitándole los poderes y capturándolo en el proceso.
Sin embargo, la recuperación del Avatar se convertía en la prioridad del grupo, y decidieron regresar a la isla de Tenzin para que ella pudiera reponerse adecuadamente.
—Impresionante, nunca había conocido a nadie que haya resistido tanto en un combate de práctica contra Zavian— Elogió Lin, con una mezcla de admiración y curiosidad en su voz. Había observado detenidamente el enfrentamiento del Uchiha y ninguno llegaba a durar tanto, teniendo un punto de vista de la joven Sato más de admiración.
—Él siempre se está conteniendo, incluso con sus enemigos— Comentó Asami, mientras tomaba una botella de agua, sus pensamientos claramente enfocados en la dinámica de su reciente combate. Sentía que su maestro, no mostraba todo su verdadero potencial, y esa idea la intrigaba tanto como la frustraba.
Tomando asiento a un lado de la joven Sato, la jefa de policía, Lin, se quedó en silencio por un momento, reflexionando sobre el Uchiha. Sabía que su historia estaba repleta de matices y complejidades que, a menudo, pasaban desapercibidos para quienes solo veían la superficie.
—Lo cierto es que a él no le gusta luchar. A pesar de poseer habilidades físicas excepcionales. Prefiere permanecer en las sombras, recopilando información para los demás— Afirmó Lin, compartiendo su perspectiva sobre el pelinegro.
Ese punto de vista de la jefa de policía evocó un recuerdo en la memoria de Asami, resonando con la visión que ella había comenzado a construir sobre el Uchiha.
—"Las Kunoichi, al igual que los demás ninjas, son entrenadas para no tener sentimientos, en especial en sus misiones. Actúan bajo órdenes, como marionetas, sin reflexionar sobre las consecuencias de quitarle la vida a su objetivo. No quiero que sigas esos ideales, Asami. Estoy seguro de que te volverás aún más fuerte, pero no por ello debes perderte en un mar de sangre"— Las palabras del Uchiha se repetían en su mente, impregnadas de significado y claridad.
A medida que reminiscencias de esas lecciones florecían en su corazón, Asami se dio cuenta de que cada frase contenía una verdad fundamental que ahora guiaba su camino. Zavian no solo le había enseñado a luchar, sino también a cuestionar las motivaciones detrás de cada acción.
Aquella charla sería interrumpida con las llegadas de los igualitarios, quienes no solo los atacaron por sorpresa, sino que además planeaban llevarse a cada uno. La aparición de dos ojos rojos en su mente, haría que el Uchiha detuviera sus pasos hacia donde comenzaba la acción, apareciendo aquella igualitaria que una vez venció al pelinegro.
—Otro Genjutsu del Sharingan... La probabilidad de salir en mi caso es casi nula— Razonaba Zavian, sintiendo la opresiva realidad de su situación. Comprendía que enfrentarse a esa técnica hipnótica con su escaso manejo del flujo de chakra era un desafío casi insuperable.
Aquella Igualitaria, con instintos agudos y reflejos afinados. Logró esquivar un repentino rayo que se aproximaba peligrosamente por su espalda. La descarga eléctrica surcó el aire, chisporroteando a su alrededor, pero su rápida reacción le permitió sortear el ataque.
—Es tal y como Zavian dijo, pudo evitarlo con facilidad— Pensaba Mako, sintiendo un nudo en el estómago mientras recordaba la advertencia de su maestro. El Uchiha le había dejado claro que cualquier ataque intentado contra aquella Igualitaria podría resultar inútil, y la demostración de ahora era prueba palpable de sus palabras.
Parece ser que esto fue suficiente distracción para liberar a Zavian de la ilusión que lo mantenía atrapado. Mientras Mako y la Igualitaria se enfrentaban, las llamas azules ahora se presentarían en el combate, pero no parecía ser suficiente para frenar a la Igualitarios quien continuaba jugando con estos. Al punto que no tuvieron de otra que unirse a la huida, donde incluso no pudieron evitar que Lin fuera capturada.
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Libro 1 El aire de un fuego azul (Avatar:Korra)
FanfictionTrabajando como un agente especial en ciudad republica. Zavian, es un chico tranquilo, amable y empático, pero dentro de su sombra guarda un oscuro secreto. (Este es el primer "libro" como en la serie original, por lo que este no será especialmente...