15 - War in the Baltic pt. 4

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La guerra no se detiene. No lo hace hasta que el otro contrincante muera. En este caso, hasta que Baldr o Thorfinn mueran. No, tal vez incluso hasta que mueran todos.

No había pasado mucho tiempo desde que habían sido llevados a la habitación de Baldr donde eran resguardados por demasiados soldados. Todos con una sola meta; mantener a Baldr a salvo. Al estar tan protegida era difícil salir sin ser notado. Pero también le daba la oportunidad a otro de saber que lugar atacar. 

[Nombre] soltaba un pequeño quejido. Se había movido demasiado, además de que un soldado la había aventado dentro de la habitación, causando que cayera en el lado donde tenía su herida. Justo como antes, ponía un poco de presión en esta para detener que la sangre fluyera. No sabía si era correcto, pero era la única manera en la que no dolía tanto. O tal vez el dolor se había vuelto inexistente con tanto dolor que se auto causaba. 

Trataba de regular su respiración. No podía darles ningún tipo de indicación de que era uno de los prisioneros. No después de que Baldr hubiera arriesgado su propia vida para sacarla de ahí. Respiraba hondo, sostenía la respiración por unos segundos y después exhalaba. Siguió haciendo esto hasta que logró controlar sus palpitaciones. 

Miró a su alrededor, era un cuarto bastante simple. Simple pero no había ninguna otra indicación de que había una salida además de la que era resguardada por los soldados. Podía escucharlos hablar afuera. Y si se concentraba podía escuchar toda la guerra que sucedía detrás de las paredes del fuerte en el que se encontraban. 

¿Se encuentra bien? —era una voz suave, que la había sacado de todo el caos que era su cabeza. Giro hacia la voz encontrándose con Baldr. Este la miraba preocupado. 

Parecía que la joven había recordado donde se encontraba. Sonrió ligeramente— si, me encuentro bien. Pero tu… seguramente todo esto es muy estresante. 

Mi abuelo causó todo esto por mi bien, aún así siento que cargo con la culpa también. —Para un niño de su edad, Baldr se escuchaba como un adulto. La joven frunció el sueño ante tal pensamiento. Alguien como Baldr no debería cargar con todo eso. De alguna manera podía verse así misma joven en Baldr. 

Un niño con la carga de un mundo en sus pequeños hombros. Un niño que tan solo quería sobrevivir en este mundo. Alguien que tan solo quería vivir una vida normal. 

No deberías de sentirte así Baldr; tú no tienes la culpa por haber nacido en una familia de guerreros. —Trato de consolarlo. 

Baldr la miro por unos segundos. Después se acercó un poco hacia ella— podría…  ¿podría abrazarla? 

La joven respondió abriendo sus brazos. El joven se acercó, teniendo cuidado con no lastimarla y por fin se acurruco en los brazos de [nombre]. Había olvidado este sentimiento. Había olvidado los abrazos de su madre. Esta joven que tan solo había conocido hace un par de horas, le recordaba a alguien muy importante en su vida. 

Se mantuvieron de esa manera por unos segundos. Hasta que la puerta se abrió de un portazo, haciendo que la joven echará al niño detrás de su espalda. Volviéndose en un escudo entre él y quien fuera que hubiera entrado. 

¡¿[nombre], estás bien?! —se encontró frente a frente con el hombre del cual se había separado hacía varios días atrás. 

¡¿Thorfinn?! —exclamó sorprendida, aún sin moverse desde su lugar enfrente de Baldr. 

El mencionado junto a su acompañante se adentraron en la habitación. Fue cuando la joven por fin reconoció a la otra mujer. Hild, como siempre, había seguido a Thorfinn hasta ahí. 

La mujer iba a abrazarlo si no fuera por que había recordado lo que hace unos días. Se acercó rápidamente, y Thorfinn sin predecir lo que sucedería después, abrió sus brazos para abrazarla. [Nombre] levantó su mano y la bajó con toda la fuerza que tenía. Dándole una cachetada al joven. Algo que había sorprendido a los otros 2 presentes. 

Susurrat Virtutis | Thorfinn [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora