El nacimiento de Erthum, el alma de la Tierra

47 7 17
                                    

«Se dice que en el principio existió Padre Cielo, creador del universo y padre de los Dioses Astro y los Planetas, quienes habitaban en el cosmos y vivían en gran armonía. El Dios Creador dispuso el equilibrio del universo en Rey Sol y la Princesa Luna, quienes estaban profundamente enamorados, mas Tierra deseaba tener el favor de la diosa y poseer su corazón ya que el terrícola también estaba enamorado de la Diosa Astro y aún sabiendo que desafiaba la voluntad del padre y faltaba a su juramento de salvaguardar la relación de los astros, planeó junto a Venus y Mercurio separarles justo antes de la celebración del matrimonio entre los hermanos mayores.

Fue en medio del festejo del compromiso entre Rey Sol y la Princesa Luna que los cómplices de Tierra distrajeron a la Diosa Astro con la idea de hacerle un vestido para la boda, tiñéndola de blanco de pies a cabeza con un bello vestido que tenía por lentejuelas un millar de estrellas que orgullosas brillaron para la divina. Por otra parte, el terrícola se hizo con la atención del astro rey dándole mucha conversación en tanto lo conducía hacia los confines del universo, donde lo dejó a su suerte pues en aquella remota región había una gran cantidad de agujeros negros, los cuales con su campo gravitatorio impedían que el Rey Sol pudiera librarse e ir tras Tierra para aprehenderlo. Mucho tiempo pasó desde entonces y la boda se frustró para bien del planeta y todos los demás dioses buscaron al Dios Astro por mucho tiempo más hasta que el rey volvió de su cautiverio y vio con dolor que Tierra estaba junto a la Princesa Luna, entendiendo entonces los planes del terrícola y lo denunció a Padre Cielo, quien terminó invocando a los otros planetas y los organizó de tal manera que el astro rey se ubicaba al centro del universo, le seguían Venus y Mercurio, luego venía Tierra junto a la Princesa Luna orbitando en torno al planeta y después les siguieron Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón...»

- Vaya, eso si que es un lío –me quedé pensando en lo que me contó

- Todavía falta la mejor parte –dijo Robegger entusiasmado en tanto usaba algunos polvos mágicos para representar lo que iba narrando

«En medio de todo el gran caos originado por Tierra, Padre Cielo pensó en hacer dormir a sus hijos y hecho esto convirtió a Rey Sol en una estrella enana, a los Planetas en cuerpos celestes que rotaran en torno al astro rey y finalmente con dolor el padre hizo de Princesa Luna a un satélite natural que girara en torno a Tierra, mas cabría una esperanza ya que cada cierto tiempo los astros se hallaban alineados y expresaban su amor pese al castigo recibido...»

- ¿O sea que de todos modos pudieron estar juntos? –le pregunté.

- Bajo cierto punto de vista, sí –respondió el anciano y luego de aclarar la garganta prosiguió.

«Sabiendo que Tierra aún no recibía un castigo verdadero por su deslealtad, Padre Cielo decidió transformarse en un ser antropomorfo y descendió a la corteza terrestre. Por aquel entonces la superficie era un completo caos, fuego, tierra, humo tóxico, elementos que hacían imposible la existencia de criaturas y bestias. El creador, con dolor y rabia, invocó al espíritu del terrícola planeta diciendo "Que emerja de entre rocas y fango al que traicionó a su rey y violó el juramento, espíritu sin honor ni gloria pues yo lo reniego como hijo y lo trato como un extraño". Ahora bien, el suelo se abrió en cuanto pronunció aquellas palabras y de la fisura emergió un espectro de color grisáceo que flotaba frente al creador, fue entonces que Padre Cielo, usando un lenguaje nuevo, pronunció la maldición del espíritu "Serás encerrado en un cuerpo carnoso y padecerás de tu linaje, te limpiaré de toda culpa y toda maldad que otrora trajeron caos a mi creación, mas sufrirás de la maldad que has de legar a tus hijos, pues ellos harán lo que tú mismo hiciste en otro tiempo. Llegado la hora en que tus hijos pongan en peligro tu creación volveré para dar fin a tu padecimiento y de paso daré término a mi creación destruyendo todo el universo por completo. Así sea entonces que a partir de hoy un nuevo ciclo comience y no volveré a dirigirte palabra hasta cuando tus descendientes comiencen a destruir tu creación, pues cuando ocurra yo he de venir y pondré fin a tu padecimiento junto conmigo y el de toda mi creación"... »

- ¿Cuál es el lenguaje que usó Padre Cielo para decir tal maldición? –me quedé helado ante esa parte.

- El Irhyianí dorkur, traducido como la "lengua divina maldita" –dijo Robegger.

- ¿Por qué siendo una lengua divina es maldita? –le pregunté extrañado.

- Precisamente porque el Irhyianí es una lengua que solo las criaturas divinas pueden hablar, mas es maldita a su vez dado que Padre Cielo lo usó únicamente para maldecir a Tierra y castigarle con la sentencia de padecer con su propia creación lo que padeció el Dios Creador con la traición de su hijo –contestó el hombre

- ¿Sabes cómo se dijo la maldición en el lenguaje original? –le consulté.

- Si, mas no puedo pronunciarlo porque dicho lenguaje solo podía ser usado por Padre Cielo, nadie más que él pronunciaba sentencias en aquel idioma –me explicó el anciano

- Entiendo, prosigue –quería saber aún más

«Luego de pronunciar dichas palabras, el espíritu de Tierra fue envuelto en una capa de rocas y lodo que luego se volvieron hueso y carne. Una vez que el nuevo ser terminó de formarse, Padre Cielo sentenció nuevamente "Bajo esta apariencia serás conocido por tu creación como Erthum, el Dios Protector y alma del planeta Tierra, a ti legaré mi conocimiento y los planes que he dispuesto para ti". Tras estas palabras, Padre Cielo levantó su mano derecha y posó su dedo índice en la frente de Erthum, transmitiéndole el conocimiento universal, el poder y los planes que el creador dispuesto. Acabada la transmisión, Erthum despertó y mirando a su padre dijo "He despertado por vez primera y veo al ser que me ha dado vida, por lo que me siento enormemente agradecido y a partir de hoy he de llevar a cabo todos los planes que me han sido revelados con la sabiduría y el poder que me ha sido legado. Daré forma a este planeta y en ella ha de vivir mi descendencia, la cual espero lleve a cabo las tareas que les he de entregar y procuraré guiarlos en el buen camino, corrigiendo cualquier falta que comentan para que no caigan en maleficios ni desdicha, pues su sufrimiento lo he de padecer también". Así entonces comenzó a gestarse el camino a la nueva era...»

- Interesante. ¿Erthum, entonces, es la misma Tierra pero sin maldad? –iba hilando las ideas.

- Así es, Tierra y Erthum son uno, solo que Erthum nació liberado de toda la maldad que tenía en su estado anterior, pero no quitaba el hecho de que su descendencia lo heredara en el futuro o que ellos mismos hicieran surgir a la maldad –dijo Robegger.


Los Mitos de Iraya: La Condena de la Inmortalidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora