Regulus Black solo conocía el lado que sus padres le mostraban de los muggles, la violencia, la inseguridad y lo patéticos y despreciables que podrían llegar a ser; esto hizo que el chico los odiara sin rechistar; pero el universo jugo en su contra...
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Las puertas de la sala principal se abrieron de golpe, las rodillas de Regulus golpearon las baldosas de cerámica cuando Nott lo empujó
El siseo de Nagini hizo que Bellatrix retrocediera los dos pasos que había avanzado hacia al frente
- Mi seguidor leal - la voz de Voldemort estaba cargada de ironía - mi fiel mortífago - se mofo - ¡Me traicionaste!
Un rayo impacto en el pecho de Regulus y su cuerpo salió volando impactando contra la dura pared
Aurora levanto la barbilla con orgullo, disfrutando del espectáculo frente a ellos; Bellatrix a su lado sintió sus ojos hormiguear
- Controlate - le ordenó su esposo tomando su muñeca con fuerza
Sin dudarlo Regulus se puso de pie, miró de frente a su "amo" y sin bajar la mirada espero el siguiente golpe
- ¡Nuestro propósito es limpiar el mundo! - un rayo más lo golpeó - ¡No combinar nuestra sangre con la de ellos!
Después del cuarto crucio Regulus seguía de pie, en su mente se repetían una y otra vez todas las veces que Sirius soporto la maldición imperdonable de pie, con tal de que él no la recibiera. Si Sirius siendo un niño enfrentó tanto dolor por el amor que le tenía, entonces él era capaz de soportar eso y más por el amor que le tiene a su flor
Snape apretó el agarre en su varita, sus facciones estaban rígidas y su quijada apretada, no le agradaba la vista, no disfrutaba de ver a un buen amigo siendo torturado frente a sus ojos y sin él hacer algo; Barty y Narcissa nunca se lo perdonarían
- Arrodíllate - ordenó - ¡Arrodíllate! - al ver que el ojigris no obedecía miró a sus mortífagos - Lestrange - el mayor de los Lestrange se dirigió de inmediato hacia el ojigris, sin embargo una sonrisa se cruzó por el rostro de su líder - tú no, tú - señaló a la mujer pelinegra y de ojos grises - Bellatrix, querida
El sonido de los tacones contra el frío suelo fue reconfortante, las manos temblorosas de la ahora Lestrange se colocaron en los hombros de su primo
- Por favor Reggie - susurro levemente, pero el menor la ignoro - lo siento - murmuró cuando lo empujó hacia abajo haciendo que él quedase de rodillas frente a él
Cuándo su señor se giro a la puerta Bellatrix deslizó su daga entre los dedos de Regulus por su espalda, esperando que nadie más la allá visto; el Rosier que estaba al pendiente de la situación ignoro la acción y cambio su atención a la puerta por la que entro Frederick Greyback; sus garras se clavaban levemente en el brazo de la muggle, suficiente para dejar marca pero no demasiado como para hacerla sangrar
