Mi primer amor.

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Tore Elías Nogueira Toralba... Ese es tu nombre, uno muy largo, pero, al mismo tiempo, uno que impacta.

No sé cómo debería llamarte ahora...

Al inicio te llamaba Tore, porque ese fue el nombre con el que te presentaste en esa época, ya lejana debo decir.

En primaria.

Cuando el día se sentía eterno y la muestra más grande de amor era corretear en la hora del recreo.

Nos correteábamos en la hora del recreo.

Ahora me acuerdo y me da risa.

Éramos unos niños aprendiendo del amor, aprendiendo a sentirlo... Y a expresarlo.

Debo confesar que tú eras mejor en ello que yo.

Todas mis amigas me lo decían siempre, en especial Liliana.

Me mencionaba la forma en la que me mirabas siempre, los lunes, en los honores a la bandera, y el resto de los días en los ejercicios matutinos de la escuela, en el salón de clases cuando calificaba la maestra, en las actividades, cuando yo declamaba poemas, en los juegos, cuando jugabas basquetbol o cuando todos nos juntábamos para jugar a lo que fuera.

Me mirabas y me mirabas.

Y yo me hacía la loca para ocultar lo mucho que me gustaba... Lo mucho que me gustabas.

Después pasaron los años y una infinidad de sucesos, y comencé a llamarte "Oso polar", ahora mismo no puedo recordar la razón de ello, pero, seguramente, era una razón estúpida... Porque nosotros éramos unos niños estúpidos.

Tiempo después supe que te agradaba más que la gente te llamara Elías... Por la razón que fuese.

Pero yo simplemente no puedo llamarte así... Porque para mí siempre fuiste simplemente... Mi Tore.

Y toda esta tonta introducción solamente ha sido para aplazar la razón real por la que escribo esto.

Y es simplemente porque... Te extraño.

Creo que no es esta la primera vez que te escribo una carta... Ahora no lo puedo recordar con exactitud... Olvido las cosas rápido.

Pero como sea, solamente escribiendo es como siempre he podido ser honesta... Que es lo que pretendo ahora.

Siempre te he querido mucho... Muchísimo.

Fuiste en mí la primera alegría, el primer rayo de sol.

Mi primer amor... Tan especial.

Y ahora que no estás me doy cuenta de que yal vez yo siempre te he querido mucho... Pero jamás he sentido esa certeza de saber si tú me quieres de esta forma especial en la que yo te quiero a ti.

La respuesta más segura es que no.

Y que, incluso de haberlo sentido en algún momento... Ya no lo sientes ahora.

Y está bien.

Mereces encontrar el amor real y yo me he tardado mucho en aceptar estos sentimientos.

Te has ido... Probablemente jamás regresarás a mí.

Y eso también está bien.

Es momento de aceptar que yo jamás fui la indicada para una historia de amor contigo.

Solo me hubiese gustado que... Antes de irte, supieras lo especial que siempre has sido para mí.

En fin...

Adiós... Mi primer amor, espero que todo lo que hagas, sea siempre para mejor.

Celebraré el amor con quien elijas celebrarlo.

Y resguardaré esta cajíta de recuerdos tuyos con gratitud y cariño.

Así, en el futuro, cuando yo tenga mi propia historia de amor... Te recordaré como la experiencia grata que de alguna manera fuiste.

Mi amigo... Deseo que encuentres paz:

Danna Castillo Florencia.

E.

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