Cartas para Tore

Soy una tonta

Tore:

Esto se siente como el canto de la extinción, no hay vida, llamo tu nombre, y no hay respuesta, solo el silencio me responde, que, ahora que lo pienso, también es una respuesta.

¿Por qué te has alejado de esta forma tan desinteresada de mí? Intento encontrarle el sentido a esto, intento ver en qué he fallado, yo, como tu amiga, para que ahora me desprecies de esta forma tan cruel.

No sé cuan grave ha podido ser mi falta para ser tratada de esta forma por ti... No después de casi 10 años de amistad que, debo decir, ahora entiendo al fin que se han acabado.

Ese día en la feria... Al fin lo entendí.

Si ni siquiera me devolviste el saludo, y, por el contrario, solo me miraste con esos ojos tan fríos que nunca había visto, como si no me conocieras...

Eso debe marcar el final, eso, mi querido amigo, para mí, ha marcado el final.

Que crueles son las despedidas, yo no quiero hacerlo todavía, todavía hay mucho que atesoro y aprecio de ti, mucho que aún me falta por dejar atrás, mucho de lo que no me quiero despedir... Pero si te notifico que, a pesar de todo, ya no esforzaré más para salvar esto que no tiene salvación.

Ahora puedo entender mejor parte de tu razonamiento, y, aunque me duele profundamente, lo acepto.

Porque sé que es lo mejor para mí.

Yo nunca hubiese podido ponerle un final a esto.

Es por ello por lo que al mismo tiempo estoy profundamente agradecida... Porque tú, de alguna forma, también has acabado con mi espera.

Yo esperaba, que algún día, tarde o temprano... Pudieras elegirme.

Soy una tonta... Lo sé.

Como sea... Todas las promesas de mi amor se irán contigo.

Tarde o temprano me olvidarás... Solo espero que, aunque sea, de vez en cuando, ya sea en el silencio, el vacío, la soledad o la quietud, te acuerdes de mí, y esos recuerdos puedan ser tan dulces como tú lo eres para mí.

Mi amigo por siempre... Estas cartas jamás tocarán tus manos... Pero, aun así, escribo para ti... Como siempre he hecho.

Atentamente: Danny.