1 | Bonus 2: Thatch e Izo

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Izo se siente muy bien cuando entra en la cocina. Hay un brillo en sus ojos mientras se abanica la cara, con la sonrisa oculta tras el papel. Los cocineros de la cuarta división le saludan a su paso y él les devuelve un pequeño saludo. Todos están acostumbrados a ver al comandante de la decimosexta división corretear por la cocina a pesar de no tocar nunca ninguno de los utensilios. Tiene un paso ligero y tararea una melodía, ya que su objetivo actual ya está claro. El cocinero con pompadour aún no se ha percatado de su presencia, por lo que disfruta apoyando la espalda en la del otro hombre.

La reacción es instantánea. El pelirrojo se congela y los miembros de su división se limitan a saludar a Izo con un pequeño "Comandante". Thatch deja de hablar a media frase, sabe que nada bueno sale de que un excitado Izo aparezca en la cocina más de una hora antes del desayuno, y ni siquiera con su habitual atuendo completo. El pelo del travesti aún tenía que arreglarse con su elaborado estilo habitual.

"Aah Thatch, mi querido amor, ¿has visto a nuestro querido primer oficial en esta bonita mañana?". Thatch se giró dándole a Izo un pequeño picotazo en esos labios pintados. Se aclara la garganta antes de responder. "No puedo decir que lo haya visto, ¿le pasa algo?"

"Oh no, creo que es lo contrario de malo en realidad. A pesar de los impresionantes moretones que luce".

"Oh- Espera ¿has dicho moretones?" Al mismo tiempo, el hombre en cuestión entra en la cocina en dirección a la cafetera con unos papeles en la mano. Marco está en su habitual outfit lo que significa que su camisa está abierta e Izo puede precisar el momento exacto en que Thatch ve lo que tenía. Ver cualquier tipo de herida en Marco era extraño, por grande o pequeña que fuera. Aunque en la tripulación se sabía que Marco podía, con un poco de esfuerzo y concentración, evitar que sus llamas de fénix curaran automáticamente sus heridas. No era algo que el primer oficial utilizara más que para emborracharse en contadas ocasiones.

Por lo que Izo puede ver, su cuello está cubierto de chupetones y marcas de mordiscos a ambos lados. Hay varias marcas de mordiscos en el estómago y el costado, así como líneas rojas en relieve que se esconden tras la tela morada de la camisa. Izo apostaría un buen dinero a que su espalda estaba hecha un desastre si se quitara la camisa por completo.

"Maldita sea Marco, ¿luchaste con un animal salvaje o algo así?". Marco tararea una confirmación e Izo sabe que en realidad no está escuchando, aún no está completamente despierto. Y la pregunta de qué fue exactamente lo que hizo esto se responde rápidamente cuando un Ace medio dormido entra cojeando, e Izo quiere decir REALMENTE cojeando, en la cocina. Los pantalones cortos apenas le cuelgan de las caderas mientras se echa encima de Marco, con un conjunto de marcas igualmente impresionantes a la vista. Aunque Izo realmente se fija en las que tienen forma de mano a ambos lados de las caderas del más joven. Susurra en voz baja lo oscuras que ya están.

"Te dije que te quedaras quieto, que yo te traería el café". La respuesta del más joven es demasiado amortiguada en el hombro de Marco como para que éste la oiga, pero está claro que el primer oficial la ha oído, ya que responde poniendo los ojos en blanco antes de arrastrarle de vuelta por donde han venido, con dos tazas de café recién hecho en la mano.

La cocina se queda en silencio cuando los dos desaparecen de la vista, Izo nota que la mayoría de la cuarta división había dejado de trabajar para mirar tras la pareja. Porque eso en cierto modo confirmaba las sospechas que Izo había tenido sobre su relación desde que Ace se despertó en la enfermería, por segunda vez en otras tantas semanas. luego un tranquilo: "Supongo que eso responde a la primera pregunta".

Izo tararea al oír eso: "Creo que dio tanto como recibió, ¿no crees?".

"En realidad estoy un poco preocupado por Ace, ¿viste cómo cojeó?"

"Difícil no hacerlo, y esas huellas de manos en las caderas de Ace".

y después de otra pausa, "¿Por qué nunca me dejas marcarte así?". Thatch casi gime mientras se inclina para plantarle un beso debajo de la oreja. Izo golpea suavemente la cara del chef con su abanico. "Porque, a diferencia de otros, a mí me importa mi aspecto y qué haría si me magullaras cada centímetro de mi delicada piel". Thatch pone cara de "Tacaño". Aun así acepta el beso que le dan.

"Ahora tienes que prepararte el desayuno y además me debes 1000 berries".

"¡Qué... no sabes quién estuvo abajo!" Le lanza una mirada al otro hombre, queriendo saber si era idiota.

"Con la forma en que nuestra pequeña luciérnaga cojeaba, yo diría que era bastante obvio. Apuesto a que Marco se va a ablandar con él y le va a quitar la guardia nocturna hoy". Thatch tira el dinero sobre la mesa refunfuñando por las apuestas estúpidas y por no aceptarle en algo que perdería seguro. Izo coge el dinero y sonríe mientras sale de la cocina. Emocionado por lo que va a ser el resto del día y por el dinero que va a recaudar de unos cuantos comandantes más.

Fin.

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Notas:

Y ta-dah!! Al fin un Marace, creo que han pasado más de 6 meses, gracias por esperar.

Anoche me dieron ganas de leer Marace, revisé un poco en ao3 y encontré 4 que me gustaron, aunque solo 2 pasaron a traducción y serán publicados. El otro lo publicaré entre hoy o mañana.

Gracias por leer, nos vemos pronto!!

Conocer a un Amante - MaraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora