2 | Bonus: Calor del desierto

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Ace y Marco se habían... bueno escabullido suena mal. No es que estuviera ocultando su relación a Luffy, pero hacer esto donde todos los demás dormían era demasiado voyeurismo para él.

Tenía la espalda apoyada en la superficie de una gran roca que se enfriaba rápidamente, pero a pesar de que el aire de la noche refrescaba todo considerablemente, Ace sentía aún más calor que durante el día. Una mano que no era la suya se afanaba en desabrocharle el cinturón, el crujido de la ropa y los jadeos eran el único sonido que se oía. La mano de Marco se zambulló en sus pantalones, sin encontrar bóxers, y fue directa a su polla, haciendo que Ace se estremeciera al contacto. Un profundo gemido sale de sus labios, mientras sus propios dedos se afanan en desvestir al mayor.

Sus labios se unen con un golpe húmedo, no hay preliminares. Los besos no empiezan lentos ni sensuales. Es áspero y acalorado, y Ace deja que su lengua recorra el interior de los dientes de Marco. Siente cómo se aprietan y chupan su lengua. Deja que las llamas al rojo vivo bailen por su piel, que laman las yemas de sus dedos y surjan de donde los dientes se encuentran con la carne de su lengua. Marco deja que las suyas se enciendan en respuesta. Un escalofrío le recorre la espalda cuando esas llamas se mezclan. Desde el principio habían descubierto que mezclar sus llamas producía cierta estimulación. Casi como si el tejido mismo de sus almas se entrelazara y combinara. Nunca dejaba de dejarlo sin aliento.

Otra mano recorre la superficie expuesta de su vientre, rozando los duros músculos antes de llegar a sus pezones erectos. Ace jadea en el beso cuando siente esos dedos expertos retorcer y tirar de uno de los capullos rosados. Sus piernas se abren invitando a Marco a entrar aún más. Sus erecciones vestidas se empujan la una contra la otra. Muerde el labio de Marco y siente el gemido del otro vibrar en su propio cuerpo. La mano de Marco le saca la polla por completo antes de bajarse los pantalones. Ace separa los labios y arquea la espalda sobre la roca mientras Marco agarra las pollas de ambos y frota las puntas.

Su mano es tan grande que apenas cabe alrededor de las dos, y Ace se muere por ello.

"Marco..." Su voz es ronca y el nombre le sale entrecortado. Ace deja que sus propias manos acaricien el pelo de Marco, tirando de esos mechones dorados y obteniendo un delicioso gemido por sus esfuerzos. Más llamas danzan por la espalda de Marco y Ace alarga la mano para tocarlas.

El calor se acumula en su estómago mientras Marco mueve la cabeza hacia abajo llevándose el otro pezón a la boca. Masajea el rojo capullo con los dientes. Mordiendo y tirando ligeramente. Al mismo tiempo, su mano recorre el otro pezón, pasando de pellizcarlo a presionarlo. Ace siente un hormigueo y el nombre de Marco sale de sus labios. La mano que tiene en la polla empieza a moverse, roza la raja y juega con el prepucio. Marco la agarra con firmeza, pero sin apretarla demasiado. Extiende el líquido preseminal que ha acumulado, usándolo como lubricante, y con movimientos lentos empieza a subir y bajar la mano.

Mueve la pierna para sentarse sobre uno de los muslos de Ace. Ace aprieta su muslo contra la polla de Marco y recibe un mordisco en el pezón por el esfuerzo. "Así que quieres jugar así, ¿eh?

"¡Joder Marco, sólo quiero que me folles ya, por favor!"

"Paciencia, primero tengo que prepararte para mí". Le da un pequeño beso en la nariz antes de que Marco se sumerja de nuevo y conecte sus labios correctamente. Se separan y se oye un susurro antes de que Marco aparezca con una botella de cristal que le resulta familiar.

"¿Lo llevas a todas partes?" Ace sube y baja el pecho, tiene los labios resbaladizos y un rubor rojo le recorre el hombro.

"Siempre que estoy contigo lo hago". Marco se inclina y Ace siente su aliento haciéndole cosquillas en la oreja mientras habla. Ace gime y deja caer la cabeza contra la roca.

Conocer a un Amante - MaraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora