17 de noviembre de 2020
Las conversaciones entre Brenda y Elisa se habían vuelto una rutina diaria. Por las noches, se encontraban en largas llamadas telefónicas, y durante el día, los mensajes iban y venían, manteniendo viva esa conexión que cada vez se hacía más fuerte.
Brenda no podía evitar pensar en Elisa mientras caminaba por las calles de La Habana, camino a una reunión con un productor audiovisual. Era una mañana calurosa, y la ciudad vibraba con su habitual energía. El sol se reflejaba en las fachadas coloniales, y el bullicio de la ciudad la envolvía en una mezcla de sonidos y colores.
Entró al café donde se llevaría a cabo la reunión, un local acogedor con paredes de ladrillo y una decoración que combinaba lo vintage con lo moderno. Las mesas de madera oscura estaban dispersas por todo el lugar, y una suave melodía de jazz se escuchaba de fondo.
- Brenda, qué gusto verte. - dijo el productor al verla entrar.
La joven sonrió y se acercó a la mesa donde ya estaba sentada otra persona, muy conocida por ella. Era Daniel, su ex novio. El encuentro la hizo sentir una incomodidad que no podía disimular. Hacía tiempo que no lo veía, ni habían mantenido comunicación desde que él se había ido a España para retomar su vida.
- Hola, Daniel. - saludó con una sonrisa forzada.
- Brenda, cuanto tiempo. - respondió él, con una sonrisa en sus labios, quien sí ya sabía desde antes que se encontraría con ella.
La reunión avanzó entre charlas profesionales y recuerdos del pasado que ambos evitaban tocar. Cuando finalmente terminó, Brenda se despidió rápidamente de ambos realizadores y salió del café con un nudo en el estómago.
De camino a casa, Brenda decidió enviarle un mensaje a Elisa.
- "Hola, Elisa. ¿Cómo estás? Hoy me encontré con mi ex novio en una reunión de trabajo y me sentí muy incómoda. Quería contarte."Elisa leyó el mensaje con cierta inquietud. Aún no había visto una foto clara de Brenda y, a pesar de la conexión profunda que sentía, esa falta de imagen le generaba una especie de inseguridad.
- "Hola, Brenda. Estoy bien. ¿Qué fue lo que te incomodó?" - respondió Elisa, intentando no dejar traslucir su creciente curiosidad.
- "Simplemente estar en la misma habitación con él después de tanto tiempo. Fue raro. Él está de vuelta en Cuba para hacer un documental y el productor nos quiere a los dos en el proyecto. Esta noche te cuento toda la historia de como nos separamos, para que entiendas mejor."
Elisa sintió una punzada de celos, pero no quería que la otra chica lo notara. La realidad es que la incertidumbre la atormentaba.
Mientras tanto, Elisa se encontraba en un café a la orilla del mar en su ciudad natal. El lugar era un pequeño refugio de paz, con mesas al aire libre y vistas espectaculares del océano. Las olas rompían suavemente contra la costa, creando una sinfonía natural.
- María, estoy conociendo a alguien por redes sociales y me tiene confundida. - confesó Elisa a su amiga mientras tomaban café.
- ¿Confundida? Cuéntame más. - dijo María, interesada.
- Es una mujer increíble hasta donde la he podido conocer, pero estoy segura de que no quiero volver a sentir nada por nadie ahora. Sin embargo, esta persona... hay algo en ella que me descoloca y no sé qué hacer. Lo peor de todo es que únicamente he visto de ella siluetas de su rostro en la foto de perfil, pero no nos hemos enviado fotografías aún.
María la miró con comprensión.
- Elisa, es natural sentirte así. Si esta persona te hace bien, quizás deberías darle una oportunidad. No tienes que apresurarte en definir nada. Solo déjate llevar y ve qué pasa. Eso sí, pienso que deben dar un paso más y verse físicamente, para que sepas si en realidad te gusta.
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Nuestro amor a distancia
Fiksi PenggemarDos almas, dos ciudades, una conexión virtual que desafía la distancia. Brenda, la fotógrafa apasionada por los colores de La Habana, y Elisa, la poeta de ojos profundos que escribe sobre secretos y estrellas. A través de cartas y versos, sus coraz...