Entre garras & corazones | Sukuita

Capítulo 10: Vuelve a mí

Hola, chicos, ¿todo bien?

Estoy aquí con el último capítulo, solo avisando que introduciré y mencionaré a varios de los personajes de la Manada de Sukuna, no necesariamente apareciendo en escena.

¡Buena lectura! 💖🙂

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Sukuna se despierta aún más temprano de lo normal al día siguiente, a pesar de que no hay escuela ni trabajo a donde ir. Yuji suspira al escuchar la ducha encendida durante al menos treinta minutos, luego los sonidos de la aspiradora, el trapeador y el pulverizador durante la próxima hora o más.

Sukuna tiende a limpiarse y ducharse más cuando está nervioso.

Sukuna prepara el desayuno, pero no es tan complicado como el desayuno normal del sábado. Solo son tostadas y huevos, y la tostada de Yuji está un poco quemada, pero, por supuesto, no dice nada al respecto.

Finalmente, se acerca la hora del espectáculo. Yuji se sienta en el sofá para ver la televisión, pero no está prestando mucha atención. Sukuna se transforma en un gato y se enrolla en el regazo de Yuji, pero su cuerpo está rígido y sus orejas se mueven ante cada pequeño ruido.

Cinco minutos después de mediodía, se escuchan fuertes golpes en la puerta. Sukuna salta en el aire, su pelaje erizado. Luego salta del regazo de Yuji, permitiendo que Yuji se levante y camine hacia la puerta.

La primera persona que ve es, sin duda, Uraume.

Sukuna no le dijo que Uraume tenía el cabello teñido de blanco y rojo, un hermoso rostro andrógino y ojos morados con una chispa de locura.

De repente, la mirada muerta de Uraume se ilumina con una inusual animación.

"¡Hola!" grita alegremente. "¡Supongo que debes ser Yuji!"

Yuji asiente. "Sí, lo soy-"

"¡Muchas gracias por ayudarnos a encontrar a nuestro chico gruñón!" dice Uraume.

"Sí, estoy tan emocionado", agrega el hombre de cabello blanco a la derecha de Uraume mientras da un paso al frente. "Realmente lo apreciamos. Por cierto, mi nombre es Gojo." Él extiende la mano hacia Yuji, que la toma mientras intenta no quedarse boquiabierto de admiración.

Se da cuenta de que los ojos del hombre son de un azul brillante, tan alto como Sukuna.

Sukuna nunca mencionó que su líder de manada y amigo cercano era el maldito albino guapo.

"Oh, ja, ¡sí! No hay problema", dice Yuji, sonriendo como un idiota. La mano de Gojo es enorme.

"Bueno, sé lo difícil que puede ser Sukuna", dice Gojo.

El hombre de cabello negro más alto a la izquierda de Uraume se ríe, divertido. "Eso es cierto", dice él.

"Ese es Geto", explica Uraume. "También extrañó a Sukuna, aunque no lo parezca."

"Claro", dice Gojo. "De todos modos, Yuji, ¿podemos ver al gato?"

"Tan formal", dice Sukuna. Al parecer se acercó a Yuji mientras conversaban. "No han cambiado nada, mierda."

...

No hay ninguna señal de sonrisa en el rostro de Sukuna, pero los tres visitantes sonríen como si fuera la mañana de Navidad.

"¡SUUUUUKKKUUUNNAAA!" grita Uraume, corriendo hacia adelante y golpeando el hombro de Yuji en el proceso mientras arrastran a Sukuna hacia un abrazo aplastante.